Entendamos que este proceso artesanal e industrial que se realiza para la obtención de la fibra de alpaca es también parte de un proyecto de vida social, económico y cultural de los que participan en la cadena productiva de valor; por ende, no lo veamos solo como un “souvenir”, sino como una riqueza desarrollada por un potencial humano con conocimientos ancestrales.

Se requiere que la estructura socioeconómica de la producción textil con la fibra de alpaca, no sea tratada de manera mercantilista como lo ha sido muchas veces; sino se espera que repensemos la noción de desarrollo, propósito cultural y progreso social de un país a través de sus producciones; así como también nos centremos en el vínculo sostenible entre la producción y el desarrollo de políticas nacionales e internacionales con miras hacia el desarrollo humano, permitiéndonos de esta manera cerrar brechas de desigualdad, abolir la pobreza, la inequidad e injusticia; y sobre todo la protección de los derechos humanos, la libertad de expresión cultural y el cubrimiento de las necesidades básicas.

Protejamos y respetemos el tratamiento multidimensional de este proceso artesanal e industrial, centrado en el ser humano con la cooperación para el manejo de la economía mundial y la preservación de la creación material e intelectual de los pueblos, enmarcado bajo condiciones justas y con respeto al ecosistema y cultura como lenguaje mundial. Todo esto nos evitará también situaciones de apropiación cultural, hecho que reflejaba el punto declive para la finalidad del arte, el desarrollo, la igualdad, el respeto y la vulneración a los derechos morales y patrimoniales inherentes al creador..