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Aragón ampliará hasta la medianoche en los próximos días el horario de la hostelería

● El presidente de la DGA también anuncia que incluirá casas rurales, apartamentos y guías turísticos en las ayudas previstas para el sector

I. M./I. G. M./M. A. M.

Tras el fin del estado de alarma, la Consejería de Sanidad prevé ampliar el horario de bares y restaurantes hasta medianoche en los próximos días. El anuncio lo hizo ayer el presidente aragonés Javier Lambán, quien tras las críticas recibidas incluirá también las casas rurales, apartamentos y guías turísticos en las ayudas a la hostelería.

ZARAGOZA. Seis meses después de su entrada en vigor, el segundo estado de alarma decretado en España para tratar de frenar la pandemia de coronavirus ha quedado suspendido este domingo. Desde la medianoche, se abrieron las fronteras autonómicas y decayó el toque de queda, los principales mecanismos de control que permitía esta herramienta legal. Lo hizo tras una jornada casi veraniega en la Comunidad que propició que las calles y terrazas se llenaran de ciudadanos con ganas de pasar página. Sin embargo, con la propagación del virus lejos de estar controlada, las autoridades sanitarias lanzaron mensajes de precaución y las policiales establecieron un importante despliegue de agentes en las tres capitales para evitar excesos y, sobre todo, botellones.

En Zaragoza, las principales zonas de ocio mostraron imágenes prepandemia, salvo por el uso de mascarillas y los aforos restringidos. Con máximas de 33 grados en el termómetro, los vecinos de la capital abarrotaron el Tubo, las calles del Casco, y el entorno del campus universitario. Pero también las riberas y las zonas de paseo. «Hacía meses que no veía la ciudad así, parecen las Fiestas del Pilar», comentaba Olga Castells junto a sus amigas en una terraza de la plaza de España.

Precisamente la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento establecieron un dispositivo de seguridad similar al de las no fiestas del año pasado, con presencia policial en los parques y zonas habituales de botellón, prohibido por ley.

Antes había que resolver una de las incógnitas de la noche: si los vecinos cumplirían la última hora de toque de queda en vigor, entre las 23.00 y las 0.00. En el entorno del campus de San Francisco, zona habitual de marcha de los universitarios, la Policía Local intervino en una trifulca que no fue a mayores. Los chavales llenaron los bares y calles hasta que al filo de las 23.00 comenzaron a desfilar, muchos de ellos con bolsas de bebida en la mano, rumbo a zonas más apartadas pero, sobre todo, a pisos particulares. «La mayoría vamos a casas, nos evitamos problemas», comentaba un joven cargado con varios de cerveza.

Salvo algún retorno a casa más rezagado de lo habitual, la mayoría respetó la última hora de toque de queda. Una vez cambió de fecha el calendario, las calles recuperaron cierta actividad por los grupos de adolescentes que quisieron ‘reconquistar’ la noche, eso sí, con escasas opciones de ocio por el cierre hostelero a las 22.00.

En Huesca, los más jóvenes también esperaron a que sonaran las doce de la noche para tomar las calles. Al cumplirse la hora cero, se escucharon algunos cohetes y aplausos de quienes esperaban en sus casas, con las ventanas abiertas, a que el toque de queda quedase sin efecto.

La hora anterior, de las 23.00 a las 0.00 fue extraña. Parecía una noche como todas las de los últimos meses, aunque la música que se escuchaba en algunos balcones anunciaba el momento tan esperado. Treinta minutos después el paisaje había cambiado. Los bancos de la plaza Navarra, lugar habitual de quedada de los adolescentes, estaban llenos de gente. Allí se colocaron dos coches de la Policía. Tras dar un margen para compartir la emoción, los agentes tenían previsto avisar por megafonía de que no podían estar en grupos de más de seis.

En pijama

En la capital turolense, la población respetó a rajatabla el último toque de queda. Justo cuando las campanas de la Catedral indicaron la medianoche, desde los balcones de las casas se oyeron gritos de júbilo diciendo «¡se acabó la cuarentena!» y a los pocos minutos fueron llegando a la plaza del Torico algunos grupos de jóvenes.

Cuatro chicas que comparten apartamento bajaron a la calle en pijama, «solo para ver el ambiente, porque este momento es tan importante como una Nochevieja y un Año Nuevo», explicaron. Tres jóvenes se pusieron a bailar y otros se sumaron a ellos. En la zona del Ensanche, varios afirmaban haber salido a la calle «con mucha ilusión, porque hoy acaba una etapa y empieza otra».

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