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Un chaval de 13 años del Gancho se hunde y desaparece en el río Ebro cuando se bañaba con un amigo

● Los buzos de los Bomberos estuvieron buscándolo hasta última hora de ayer en la zona del embarcadero de la Expo

M. A. COLOMA

ZARAGOZA. Un equipo de buceadores de los Bomberos de Zaragoza, apoyados en tierra por la Policía Nacional y la Policía Local, estuvieron buscando hasta última hora de ayer en el Ebro a un chaval de 13 años vecino del barrio de Gancho. Sobre las 18.40, tras terminar de disputar un partido de fútbol en el campo municipal de Ranillas, el menor y un amigo de la misma edad decidieron refrescarse metiéndose al río a la altura del antiguo embarcadero de la Expo, muy cerca de la pasarela del Voluntariado. Y ese fue se error, porque las fuertes corrientes hicieron que uno de ellos se hundiera y desapareciera en el agua.

El equipo de salvamento utilizó varios focos para iluminar el antiguo pantalán y poder alargar la búsqueda hasta pasadas las diez de la noche, pero la falta de visibilidad obligó finalmente a suspender el rescate sin haber logrado localizar al desaparecido. A primera hora de hoy está previsto que los Bomberos vuelvan a la zona para continuar con la búsqueda.

El menor que podría haberse ahogado en el Ebro y su amigo se habían acercado a la orilla junto a otros dos chavales: un chico y una chica, que no llegaron a bañarse. «He visto que metía y sacaba varias veces la cabeza. Al final, ha empezado como a pedir ayuda, pero hemos pensado que estaba de broma. Al ver que realmente no salía nos hemos puesto todos muy nerviosos. Yo quería meterme, pero no me han dejado», contaba después del suceso uno de los menores del grupo.

Al parecer, los dos amigos que se metieron al agua no se quitaron ni la ropa. Uno de ellos se salió enseguida porque el resto le advirtió que no llevaba puesta la mascarilla, pero el otro chaval, que sí la llevaba, continuó desplazándose unos metros por el río. Según los testigos, ni siquiera se alejó de la orilla, pero el agua, de repente, se lo tragó.

Uno de los primeros en dar la voz de alarma fue un pescador que vio hundirse al chico. La central del 112 movilizó enseguida a los Bomberos de Zaragoza, que enviaron un equipo de actividades subacuáticas y dos ambulancias. Tras examinar la zona y escuchar las explicaciones del grupo de amigos del desaparecido, los especialistas trataron de entrar en el agua, pero la corriente era tan fuerte que tuvieron que asegurarse bien antes de volver a intentarlo. «En estos casos hay que apurar hasta la última posibilidad, pero se trata de una zona de pozos y sifones, con una gran turbidez de agua», explicaba un mando de la Policía Nacional. «Nosotros estaremos a lo que digan los buzos, que son los que realmente saben de esto», añadía.

La familia, desesperada

Lo que sí hizo este miembro del operativo de rescate fue lanzar una clara advertencia sobre la peligrosidad de las aguas del Ebro. «En superficie, parece un río tranquilo. Pero no lo es. Adentrarse en el cauce, sobre todo en determinadas zonas, es asumir un auténtico riesgo», indicaba.

Las altas temperaturas que ayer se registraron en la capital aragonesa llevaron a muchos ciudadanos al recinto de la Expo, donde el suceso interrumpió el paseo y el refresco en las terrazas. La gente siguió desde detrás del cordón policial la evolución de las labores de rescate. Pero los que lo hicieron con verdadera angustia fueron los cuatro hermanos del chaval desaparecido en el agua, que aguardaban juntos noticias en lo alto de la rampa que da acceso al embarcadero de la Expo. «Yo estaba trabajando. Me han avisado y he venido corriendo. No sé nada más, ni con quién estaba ni qué ha pasado», decía uno de los miembros de la familia. Los buceadores no descartan que el cuerpo del chaval pudiera haberse quedado atrapado entre alguno de los hierros de la estructura del viejo muelle.

ARAGÓN

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2021-05-09T07:00:00.0000000Z

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