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Cada uno, lo suyo

J. Miguel Tafalla

Embarba y Javi Puado pudieron marcar para el Espanyol. Adrián González, por su parte, disparó dos veces con peligro desde las líneas zaragocistas. En todas estas acciones, estuvieron en su justo y preciso lugar los guardametas, Cristian y Diego López. La mano que sacó Cristian para detener un disparo de falta directa de Embarba fue otra vez casi milagrosa.

A partir de aquí, de estos fogonazos sueltos, dispersos, y casi sin trama aparente, pesó en el ánimo de los contendientes el respeto, el miedo a perder o a equivocarse de forma grave. Emergió el típico partido de la responsabilidad ubicado en el final de la temporada, librado, además, entre dos equipos históricos y con muchos intereses puestos en juego.

El Espanyol no quiso arruinar por causa de cualquier capricho del destino el punto que le otorgaba el regreso a Primera en el estadio de La Romareda y el Real Zaragoza entendió que las tablas ante semejante rival estaban bien justificadas.

Los últimos compases del encuentro fueron reflejo de la postura de fondo de cada cual. El tiempo se mató entre pases horizontales, sin que pasara nada relevante.

Al Espanyol sólo cabe felicitarle por su temporada y éxito.

El Real Zaragoza tiene que seguir remando hacia su orilla.

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2021-05-09T07:00:00.0000000Z

2021-05-09T07:00:00.0000000Z

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