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Ramón y Cajal

EN NOMBRE PROPIO M.ª Pilar Benítez Marco

La polémica sobre la eliminación de los nombres de científicos célebres en la denominación de los Premios Nacionales de Investigación nos ha hecho recordar estos días, sobre todo en Aragón, a Santiago Ramón y Cajal. Su nombre no es solo el de un premio Nobel y el de uno de los científicos más relevantes de todos los tiempos, al hallar la estructura neuronal del sistema nervioso. Detrás de él, hay un hombre que vivió intensamente muchas vidas. Por eso la controversia puede ser una oportunidad para redescubrir a Ramón y Cajal, y una forma de hacerlo es leer su autobiografía ‘Recuerdos de mi vida’.

Me acerqué a la lectura de esta obra por mi interés hacia la filología aragonesa, pues en ella el autor, siendo niño, fue testigo del empleo del aragonés en Ayerbe, uno de los lugares en los que residió. Pero me resultó imposible cerrar el libro, tras leer el importante testimonio lingüístico. Las memorias de Ramón y Cajal hechizan desde el inicio, desde sus primeros recuerdos en Larrés, el pueblo de sus padres, en el taller de su abuelo, mientras este barajaba hilos y lanzaderas, y él, según su familia, comenzaba a ejercer de diablillo inquieto, voluntarioso e insoportable. Aún el poso de sus palabras y reflexiones permanece en mí y, como profesora, tengo presente la similitud que en esas páginas establece entre la función docente y la curiosidad del jardinero, que espera ansioso la primavera, para reconocer el matiz de la flor sembrada y comprobar la bondad de los métodos de cultivo.

TRIBUNA

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2021-06-23T07:00:00.0000000Z

2021-06-23T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281857236501114

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