TOKIO. España dio ayer otro paso hacia los cuartos de final. Con un guion parecido al del choque contra Alemania, sin exhibir su mejor juego, pero con recursos suficientes que le bastaron esta vez: con un Corrales excelso en portería, un letal Figueras en los seis metros y el brazo armado de Antonio García. Quedó patente que el equipo nacional tiene hambre de medalla, aunque está claro que tiene más potencial y juego que los exhibidos en este inicio de competición olímpica. Lo bueno es que en el segunda parte logró darle la vuelta al marcador tras un flojo comienzo y que sigue siendo la bestia negra del combinado noruego. El siete metros de Aleix Gómez con el tiempo cumplido dejó el resultado final en 28-27. Los Hispanos, con todo el sufrimiento del mundo, sacaron un triunfo que vale su peso en oro. Brasil espera mañana.

El arranque fue penoso por parte del equipo español, que enseguida se encontró con una desventaja de 2-6. Después se sobrepuso, aunque su mejoría no le dio para empatar el duelo hasta el minuto 25. Al término de la primera mitad se llegaba con 13-14. España no había jugado bien, pero estaba solo a un gol de una Noruega que había dado su mejor versión.

Los Hispanos lograron adelantarse por primera vez a los ocho minutos de la reanudación (18-17). A partir de ahí no cedieron la delantera más, pero el choque llegó empatado al último segundo. Fue entonces cuando Aleix Gómez dio el triunfo a los españoles.