SAITAMA (JAPÓN). Eslovenia comenzó de forma imponente los Juegos Olímpicos, tras derrotar ayer a Argentina (100-118) en una auténtica exhibición de Luka Doncic, que firmó 48 puntos y 11 rebotes para poner a los suyos al frente del grupo C. El exmadridista entró directamente en los libros de historia del baloncesto olímpico al conseguir la segunda mejor marca anotadora, sólo por detrás de los 55 puntos del brasileño Oscar Schmidt en Seúl 1988. Además, el jugador de Dallas Mavericks firmó el récord anotador de toda su carrera en un estreno prodigioso.

Argentina intentó reaccionar en varias fases del partido, pero sólo el veterano Scola y el también exmadridista Facu Campazzo estuvieron a la altura de la cita. Sus 23 y 21 puntos, respectivamente, no impidieron que Eslovenia

se saliese con la suya. Al recital de Doncic también se sumó Klemen Prepelic, jugador del Valencia Basket, quien finalizó el encuentro con 22 puntos en su haber.

«No me preocupan los récords. Lo importante era comenzar con una victoria, y lo hemos logrado», explicó Doncic, tras ser preguntado si le hubiera gustado estar más tiempo en la pista para intentar batir los 55 puntos de Oscar Schmidt: el esloveno facturó los 48 tantos en poco más de media hora, y no jugó los últimos minutos al estar el duelo ya sentenciado.

¿Es Doncic, en la actualidad, el mejor jugador del mundo? «Si, lo es», admitió el exentrenador del Casademont Zaragoza Sergio Hernández, ahora de nuevo seleccionador argentino. «Contra nosotros, Doncic hizo lo que quiso y

como quiso. Todas las propuestas que teníamos para tratar de neutralizarlo y desconectarlo del resto del equipo fallaron. Es el mejor del mundo», añadió.

«Estoy totalmente de acuerdo con la apreciación de Sergio Hernández: Doncic es el mejor del mundo», explicó por su parte Aleksander Sekulic, el entrenador de la selección eslovena. «Le mandé al banquillo y lo aceptó. No le preocupaba el récord. Eso muestra su carácter», confesó Sekulic.