Uno de los más valiosos documentos televisivos que nos deja la última temporada es ‘El Terrat: Los Primeros 30 Años’. Se trata de una serie documental disponible en la plataforma española Filmin donde Andreu Buenafuente se abre en canal mientras conversa con su buen amigo Frankie De Leonardis.

Se puede decir que repasan los primeros 30 años de trayectoria de su productora El Terrat (The Mediapro Studio), pero van más allá hasta realizar una recomendable catarsis sobre la crudeza, ansiedades e ilusiones del creador de televisión. Todo grabado en una cabaña en la que el propio Andreu parece almacenar recuerdos de sus creaciones. Quizá como buena metáfora de que está bien guardar las ideas para que no se olviden sus enseñanzas y estímulos con el paso de los años.

En tiempos en los que está en peligro de extinción la entrevista clásica por el miedo al qué dirán que provoca una autocensura incesante. Buenafuente, curtido en tantas noches de tele y días de radio, cuenta sin red y sin demasiados filtros. Se moja, se implica y, así, se entiende y se aprende de sus frustraciones y motivaciones.

Un encuentro que podría quedarse en el autobombo promocional de una empresa televisiva llamada El Terrat. Suele pasar con esta estirpe de documentales. Sin embargo, en esta ocasión, entienden que para que el proyecto sea útil hay que afrontar los problemas que surgen cuando la casa se hace demasiado grande y la realidad te tambalea.

Al final, ‘El Terrat: los primeros 30 años’ se bebe rápido si te gusta la tele porque es tener la oportunidad de vivir una charla de confidencias en la que aprendes lo importante que son los directivos de cadena que “dejan hacer” y lo valiente que es Buenafuente para decirlo hoy. Una serie que es una clase de tele y creatividad. De intentar ser libre hasta donde la pasión de la imaginación te lleve.