La marca taustana Dulces Locuras se ha convertido en sinónimo de creatividad, originalidad y personalización, además de un modelo de singular éxito desde el entorno rural. Cuando Alicia Sánchez se iniciaba en el negocio de la repostería creativa hace seis años, no podía imaginar que sobre su mesa encontraría encargos de todo el país, incluyendo peticiones de empresas como Adidas, Caravan Perfums, Farmavázquez y otro que prepara en estos días, que le absorbe cada minuto de su tiempo y cuyo destinatario no puede desvelar todavía. «No puedo contar nada aún, pero espero que sea un súper éxito», dice.

En esta emprendedora se da la mezcla perfecta entre el amor al obrador, a la gestión empresarial y la creación de nuevas líneas de producto. Transmite entusiasmo, energía, ilusión y seguridad a raudales.

«Han pasado seis años desde que comencé esto como si fuera una pequeña aventura, y ahora se ha convertido en una grande. La vida me sorprende constantemente, porque veo que siempre se puede seguir avanzando y aprendiendo cada día, y se van abriendo caminos a nivel territorial de una manera increíble», señala. Está muy contenta con la imagen de su marca. «Piensas en Dulces Locuras y piensas en originalidad, diversión, personalización. Me gusta, porque eso es lo que buscan los clientes». Los encargos siguen llegando desde el entorno próximo, pero ahora mismo, la empresa ya tiene su mejor escaparate en las redes sociales. «Con mi web llego a toda España aunque todavía no es posible distribuir todos los productos».

«Con la tienda online –explica– promuevo acciones con ‘influen

cers’ de toda España; Dulces Locuras es un producto muy susceptible de la personalización, que es algo que buscan muchos clientes. Trabajo mucho la imagen de marca, me encanta; siempre digo que Dulces Locuras es idealmente delicioso, de tal manera que tengo ventas a nivel nacional en la web desde Galicia a Andalucía. Soy muy ambiciosa y confío en mí, pero que se esté haciendo realidad es de locos».

Eso si, el intenso trabajo que dedica a cada nuevo gran cliente no implica que arrincone el resto de sus productos; de hecho, en estos días de julio ha venido repartiendo el tiempo en la preparación de eventos veraniegos y el último contrato firmado con una gran empresa, que llegará a Madrid enfundado en cajitas de rayas multicolores.

El trabajo, por fortuna, no se para. «En el obrador seguimos trabajando las tartas personalizadas para los cumpleaños; ahora se han vuelto a activar los eventos, de manera que estoy volviendo a trabajar primeras comuniones, bodas, aniversarios, bodas de plata... todos los clásicos. Por fortuna, y a pesar de que aún vivimos una situación delicada, se nota que la vida se está abriendo un poquito, y estamos trabajando más cantidad de unidades en los encargos».