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El lío del PP

Ni el adversario más acérrimo hubiera diseñado mejor el innecesario lío en el se ha metido el PP. En el peor momento imaginable. En tiempos en los que el principal partido de la oposición crece en las encuestas y ultima los preparativos de una convención que pretende ser la puesta en marcha tanto de la próxima campaña electoral como el refrendo sin fisuras del liderazgo de Pablo Casado, surge un debate inexplicable para propios y ajenos. Fue en mayo cuando Isabel Díaz Ayuso le dijo a Pablo Casado que se iba a presentar a la presidencia del PP de Madrid. Apenas horas después el secretario general dio por buena la legítima aspiración de Ayuso y, sin solución de continuidad, surgió lo de la tercera vía; es decir, Ana Camins. Fue un error. Cuando una candidata logra un triunfo arrollador en las urnas, nada más inteligente que abrazarse al triunfador y dar por buena, por capítulo cerrado, la lógica candidatura de Ayuso. Esta aspiración no impide que surjan otros candidatos y que los militantes decidan. Pues no, en lugar de dar por bueno algo lógico, se desata una lucha interna tan estéril como dañina, que se embosca en una lucha por los tiempos. Ayuso quiere iniciar preparativos de campaña cuanto antes. Sus próximas elecciones no van a ser como las últimas y Madrid tienen ayuntamientos con más población que muchas provincias españolas. Madrid es muy complejo, de ahí que quiera abordar cuanto antes el Congreso del PP de Madrid que, por cierto, en marzo debería haber nombrado una gestora. No se ha hecho, de modo que los actuales responsables del PP madrileño están en situación de alegalidad y nada ha ocurrido. Incomprensible. Los tiempos de la dirección nacional se establecen en el primer semestre del año próximo, de manera que en enero, Díaz Ayuso podría celebrar el correspondiente congreso. Pero como el lío del PP no va tanto de tiempos como de poder, no es seguro que este lío haya acabado. En Génova existe la convicción de que Díaz Ayuso quiere asaltar el poder del partido, pero su futuro solo está en volver a ganar Madrid. Estos líos y no los triunfos de Ayuso son los que hacen daño al liderazgo de Casado, que es el único que puede y debe poner orden. En los grandes partidos como son el PSOE y el PP; o sea en Ferraz y en Génova, los líos no surgen por esporas. Siempre hay alguien que mece la cuna.

TRIBUNA

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2021-09-18T07:00:00.0000000Z

2021-09-18T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281994675625107

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