Kiosko y Más

Los vacunados no necesitarán test previos para viajar a Reino Unido

El Gobierno británico elimina el sistema de colores de semáforo que introdujo en mayo y solo queda una lista roja

I. GURRUCHAGA / I. UGALDE

El coste y la burocracia de los viajes con origen o destino en Reino Unido se simplificará a partir del 4 de octubre. El test previo a la partida ya no será necesario y, más tarde en octubre, el que debe hacerse ahora antes del segundo día de estancia no tiene que ser PCR, sino un test breve y más barato. Ese cambio en los requisitos afecta a los vacunados con dos dosis.

Los no vacunados se someterán al mismo régimen que el actual. Tendrán que hacerse un test antes de emprender el viaje, aislarse al llegar a territorio británico y más pruebas PCR en el segundo y octavo días, o una en la quinta jornada de estancia que permite poner fin al aislamiento. Asimismo, el Gobierno británico exige que los test rápidos se compren, a pesar de que las farmacias distribuyen gratuitamente los preparados por el Servicio Nacional de Salud.

España ha permanecido en la lista ámbar desde la creación del sistema de tres grados en función del país de origen. Las diferencias entre ámbar y verde ya se habían reducido en las últimas semanas y ahora desaparecen; solo queda la lista roja. Los procedentes de países en esa lista tendrán que aislarse en hoteles avalados por el Gobierno y ser sometidos a los test de los no vacunados, salvo el del día quinto que permite salir del aislamiento. Por todo ello el coste adicional del viaje se estima en unos 2.500 euros.

El sistema ha provocado circunstancias que no pueden asociarse con la ciencia. En las últimas semanas, hay más casos de covid en Reino Unido que en muchos de los países incluidos en la lista verde. La nueva relajación es una buena noticia para el sector turístico. La vacación escolar de mitad de trimestre, en la última semana de octubre, parece más despejada para las familias británicas.

Reunión de la FDA

Los cambios anunciados por Reino Unido en lo relativo a los viajes coincidieron ayer con la reunión del panel de expertos de la FDA, la agencia estadounidense del medicamento, para debatir si deben recibir de refuerzo una tercera dosis de la vacuna Pfizer/BioNTech los adultos sanos, mayores de 16 años, y ya inmunizados con las dos inyecciones. Si bien los funcionarios de salud de norteamericanos, así como los fabricantes de antivirales insisten en que es necesario, no opinan igual muchos científicos y expertos en la materia.

La mayoría de los especialistas en vacunas sostienen que si bien existe una creciente evidencia de que los refuerzos brindan una mayor protección contra las infecciones y enfermedades graves a las personas de 65 años o más, no hay suficiente evidencia de que sean necesarios para los adultos más jóvenes que carecen de patologías de riesgo.

La funcionaria de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, Sara Oliver, cuestionó ayer si la disminución de la protección de la vacuna se debe al paso del tiempo tras la primera inyección o a la propagación de la variante Delta del coronavirus. Esta cepa, mucho más contagiosa, ha provocado un aumento en las hospitalizaciones y muertes, sobre todo entre los no inmunizados.

En ese contexto, la FDA ya dio luz verde el 13 de agosto a la tercera dosis para los pacientes inmunodeprimidos para ayudarles a alcanzar el mismo nivel de protección que el resto de la población. Esta es, además, la misma estrategia que ha adoptado por el momento la Agencia Europea del Medicamento.

MUNDO

es-es

2021-09-18T07:00:00.0000000Z

2021-09-18T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282218013924499

ABC