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Amaral, en Sariñena El dúo canta en la Cartuja de las Fuentes durante el Sonna Huesca

● El concierto, en la recta final del festival Sonna Huesca, fue todo un derroche de los artistas zaragozanos

PATRICIA PUÉRTOLAS

SARIÑENA. Amaral ya forma parte de la historia más reciente de la Cartuja de las Fuentes (Sariñena). El concierto que ofreció ayer el dúo zaragozano se contará entre los hitos del resurgir de un monumento que hace menos de una década estaba abocado a la ruina y que por fin camina hacia un nuevo destino.

A su renacer, Eva Amaral y Juan Aguirre sumaron ayer su fuerza y genialidad. Arrancaron solos en el escenario, con la interpretación de ‘Señales’, uno de los temas de su último trabajo, ‘Salto al color’, y sin más ayuda, fueron capaces de elevar el entusiasmo del público con dos de sus grandes éxitos, ‘El universo sobre mí’ y ‘Cómo hablar’. Desde el escenario, la cantante aragonesa alabó la belleza del enclave y fue conectando con los 1.200 asistentes, a los que logró emocionar.

Hubo palmas y coros desde los primeros compases. ‘Kamikaze’ marcó un punto de inflexión. El sol comenzó a ocultarse y dejó paso «a la hora más mágica del día», tal y como señaló Eva Amaral, y al grito de su ‘Revolución’, la actuación, incluida en la recta final del festival Sonna Huesca, fue ganando en intensidad, con la incorporación del resto de componentes de la banda. El ánimo del público, que permaneció sentado y con mascarillas, se disparó con la interpretación de otros clásicos como ‘Sin ti no soy nada’ o ‘Salir corriendo’. Temas que fueron intercalados con los que llegarán a convertirse en nuevos himnos de la banda: ‘Mares igual que tú’, ‘Peces de colores’ o ‘Bien alta la mirada’.

El concierto fue un derroche de talento a la altura de los frescos que decoran el interior de la Cartuja de las Fuentes y que conforman la principal obra pictórica de fray Manuel Bayeu, cuñado de Goya. Con su adquisición en 2015, la Diputación de Huesca cambió el futuro de este monumento. En seis años, ha invertido casi 2 millones de euros y ha conseguido darle visibilidad con más arte. El concierto de Amaral fue un buen ejemplo. «Impresionante» fue el calificativo de la cantante aragonesa para describir el marco de su actuación. «Todo un lujo», dijo, tras mostrarse feliz de «actuar en casa».

Las 1.200 sillas colocadas por los organizadores fueron ocupadas por personas del entorno. Muchos de los asistentes llegaron de Sariñena, Lanaja, Lalueza, la Cartuja de Monegros o Bujaraloz. También los hubo de Huesca y Zaragoza. De Sabiñánigo, llegaron Alba Palacín y Jorge Gracia, que confesaron haber seguido de cerca el «excelente» periplo del Sonna Huesca.

A lo largo de todo el verano, el festival ha impregnado de arte y cultura algunos de los rincones más hermosos de la provincia oscense. «Nos parecía la oportunidad perfecta de disfrutar de Amaral, conocer más la comarca de Los Monegros, que es una de las que menos hemos pateado, y ver de cerca este espectacular enclave», explicaron. «Es impresionante», recalcaron.

Hoy actúa Rozalén

La de anoche no fue la primera ni la última gran actuación organizada entre los muros del recinto monacal de Sariñena. Juan Perro ya cerró en este mismo escenario la primera edición del Sonna Huesca. Y hoy Rozalén dará el relevo a Amaral. Será en el mismo escenario y con idéntico aforo. Y también con las entradas agotadas. Con cuatro trabajos editados, Rozalén ha cautivado a público y crítica a partes iguales. Suma importantes distinciones y es una de las artistas de mayor éxito en el directo.

Tras el concierto de la manchega, el festival Sonna Huesca vivirá su cierre en la vecina comarca del Bajo Cinca, donde se rendirá tributo a la memoria de Ramón J. Sender coincidiendo con el 120 aniversario de su nacimiento. La cita tendrá lugar mañana en su localidad natal, Chalamera, donde actuará el trío Vívere Memento.

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2021-09-18T07:00:00.0000000Z

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