Emilia Nájera fue, el 27 de diciembre de 2020, la persona que estrenó la campaña de vacunación contra la covid-19 en Aragón. Y ayer, casi nueve meses después, fue de los primeros usuarios de residencias de mayores en recibir la tercera dosis. Un momento que volvió a despertar, como ya ocurriera entonces, una gran expectación.

Un equipo de Enfermería del centro de salud Seminario se desplazó por la mañana hasta la residencia y, en el salón de actos, se procedió a inmunizar a seis usuarios, a los que a lo largo de estos días se irán sumando el resto. Emilia recibió la tercera dosis junto a varios de sus compañeros de la residencia Romareda del Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS): Manuel Cebolla, Carmen Emérita García, Julio Coscolla, Trinidad Chueca y María Cruz Martínez.

Todos ellos manifestaron su satisfacción por ser los primeros del centro residencial en recibir esta nueva inyección. La consejera de Ciudadanía y Derechos Sociales, María Victoria Broto, no quiso perderse este emotivo momento, y lo hizo acompañada por la directora de la residencia, Ana Cristina Serrano, y la coordinadora del centro de salud Seminario, Ana Blasco.

Emilia Nájera, tras recibir la vacuna, y frente a la puerta de acceso a la residencia, trasladó el sentir de este colectivo: «Me siento muchísimo más segura todavía». Aunque pensaba que con las dos anteriores iban a terminar, según reconoció, este pinchazo extra lo recibe con alegría y, sobre todo, esperanza. Aprovechó, además, para hacer un llamamiento a toda la ciudadanía para que se vacune. Sin perder el humor, afirmó: «Ahora, que todo el mundo se la ponga, eso es lo que hace falta, porque si nos la ponemos los abuelitos y los nietitos no…».

Y añadió: «Esta vacuna es para vivir todo el mundo bien, con esa esperanza nos la ponemos». Emilia, a sus 80 años, pone rostro al colectivo de personas mayores de residencias, el más castigado por la pandemia de coronavirus. En nombre de todos ellos, el pasado 23 de abril, Día de Aragón, recibió la Medalla de las Cortes, un premio que depositó en el Consejo Aragonés de Personas Mayores. Según reconoció en ese momento, «vacunarse es la única forma de evitar la soledad» que han vivido.