MADRID. La Palma es la segunda isla más joven del archipiélago canario, dado que la última en formarse fue El Hierro. Es conocida como la Isla Bonita porque alberga la mayor superficie boscosa de pinos y laurisilva de todas las islas, y porque tiene forma de corazón o de lágrima invertida. En el año 2002 la Unesco la declaró Reserva de la Biosfera. Uno de sus mayores reclamos turísticos es el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, situado al norte de la isla, que posee un gran patrimonio biológico y que destaca por sus recursos hídricos. También cuenta con dos parques naturales: la Cumbre Vieja y Las Nieves. El primero es el lugar donde se ha registrado la erupción.

La isla tiene una superficie de 708 kilómetros cuadrados y en ella están censados 83.500 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ocupa el quinto lugar tanto en extensión como en población del archipiélago y es la segunda isla con mayor altitud de las Canarias por los 2.426 metros que registra el pico Roque de los Muchachos, solo superado por los 3.715 metros de El Teide.

El pasado mes de julio, un total de 14.323 turistas extranjeros y 5.956 nacionales visitaron la isla. En los últimos años se ha puesto de moda el turismo rural gracias a la remodelación de casas antiguas para convertirlas en casas de huéspedes.

Sin embargo, el turismo no es la base de la economía de la isla, que vive de la agricultura como principal fuente de riqueza, especialmente los cultivos de plátano canario. De hecho, La Palma es la isla donde más plátanos se cultivan después de Tenerife. Además, destacan los viñedos. En la isla se producen 1,3 millones de uvas al año y cuenta con denominación de origen.

La ganadería caprina también es una parte importante de la economía destinada a la obtención de leche y la elaboración de quesos. La industria tiene muy poca presencia en el territorio.