Jugó bien el Casademont. Por momentos, muy bien. Y enfrente había un rival. El Manresa no lo integran estrellas, pero sí una cooperativa bien organizada de currantes del baloncesto. No regaló nada el Manresa. Todo lo ganó a pulso el Casademont. Dicho está, Waczynski fue promotor esencial en el triunfo. Pero Waczynski no estuvo solo. Hubo más colaboradores necesarios. Por dentro, ausente el pusilánime Hlinasson, la asunción de responsabilidades de Jamel Mc Lean fue determinante. En 26 minutos y 33 segundos de presencia, produjo 15 puntos, con 5 de 12 en tiros de dos, y 5 de 7 en libres. Sin intentos triples, tomó 3 rebotes en defensa y 4 en ataque, en su mayoría finalizados en canasta. Dejó 21 de valoración. Por fuera se unió a la fiesta Mobley. En 23 minutos y 59 segundos en pista, creó 16 puntos, con 1 de 2 en tiros de dos, un soberbio 4 de 7 en triples, y 3 de 4 en libres. Su 19 de valoración fue trascendental en el primer éxito del curso. En dobles dígitos de anotación, también Okoye y Radoncic. El resto, en mayor o menor medida, sumaron, aunque Hlinasson un pobre 2 de valoración, y Javi García -1.