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Un partido antipático

Fernando Jáuregui

Si analizamos con cuidado las tripas de las encuestas, comprobaremos un hecho indesmentible: a los ciudadanos la política les resulta antipática. Y de que recuperen la empatía con esa gente corriente a la que la ‘clase política’ desdeña, o eso creen al menos los encuestados, depende el éxito o fracaso de un líder o de un partido en las próximas elecciones generales, seguramente dentro de dos años. Claro que no todas las formaciones partidarias muestran la misma lejanía: lo vamos a comprobar en los ya inminentes cónclaves y congresos que se avecinan.

Pregunté un día, ya lejano, al presidente Felipe González, durante un vuelo a Filipinas, si consideraba que su partido, el PSOE, era antipático. «Pues claro que no hacemos una política antipática», me dijo, un punto indignado. Una respuesta que hizo la portada del periódico en el que yo entonces trabajaba, ‘El País’. El líder nunca se considera alejado de ‘su’ pueblo, y piensa que una subida de pensiones más aparente que real, y lo mismo sea dicho de, por ejemplo, el salario mínimo o un pretendido combate contra la subida de la luz, le bastan para acercarse a su electorado.

Pero lo cierto es, si lo sabremos los periodistas, que lo sufrimos en primera línea, que los partidos muestran una conducta muy distante del trato debido a quien les vota y les financia. La hostilidad al informador poco amigo, al que hasta se le hurta la concesión de entrevistas; la falta de transparencia y hasta el utilitarismo feroz patente en respuestas como la de la ministra Maroto, exaltando el ‘maravilloso espectáculo’ turístico de la isla de La Palma, arrasada por la lava, muestran un escaso amor a la ciudadanía y un equivocado estado de lisonja al electorado.

He seguido muy de cerca y durante mucho tiempo a los dos partidos mayoritarios, PSOE y PP. Aun declarándome un socialdemócrata moderado, he de decir que el primero resulta mucho más impermeable a la crítica, a la indagación y hasta a la mano tendida que el segundo. Claro que la formación gobernante siempre está mucho más cerrada a la ‘curiosidad’ del exterior que quien se halla en la oposición. Pero uno, que arrastra mucha veteranía en la profesión, se ha sentido siempre como más rechazado por aquellos de los que, sin embargo, quería sentirse más cercano.

TRIBUNA

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2021-09-22T07:00:00.0000000Z

2021-09-22T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281865826613285

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