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Autovías de pago

Carlos Sauras

El día 31 de agosto supuso la gratuidad en la autopista AP-2 que une Zaragoza y Tarragona. La noticia venía acompañada de un jarro de agua fría por parte del Ministerio de Transportes: se van a convertir en carreteras de pago todas las vías rápidas. Como afirmaban los transportistas, se trata de un fin «efímero» del peaje. Para Aragón, el gozo en un pozo, cuando se anunciaba a bombo y platillo el dar un empujón a la autovía A-68, tan retrasada en plazos y en proyectos. Habrá que pagar, después de esperar tanto tiempo con los desdoblamientos, más que en las comunidades vecinas. Sobre el mapa, en Aragón había prometido el Estado varias autovías. Cuatro de ellas no han pasado del estudio inicial: la Cuenca-Teruel, la del Jiloca, Monreal del Campo-Alcolea del Pinar y Alfajarín-Fraga. Aragón ha sufrido, como denunciaba el consejero de Vertebración del Territorio, «un agravio sangrante» por el déficit de inversión de décadas en la red estatal de carreteras. La Nacional II es autovía desde hace años en el tramo catalán, mientras que el tramo aragonés –los 91 kilómetros entre Alfajarín y Fraga– al no estar desdoblado ha supuesto que perdieran la vida 62 personas en los últimos diez años.

Por no hablar de la Nacional 232, de Zaragoza al límite provincial de Navarra. Reconvertida en autovía en la comunidad vecina, pero con una lentitud pasmosa en la realización de los tramos en la provincia de Zaragoza. Recientemente se inauguró el tramo entre Figueruelas y Gallur. Se espera que se terminen a finales de 2022 los otros 14 kilómetros pendientes hasta Mallén. En esos tramos de la Nacional 232 han fallecido 30 habitantes de los pueblos de esa zona desde el año 2009.

En la A-68 se ve movimiento de máquinas, pero los diversos proyectos han tenido una ejecución de una lentitud asombrosa. En obras está el tramo que unirá El Burgo y Fuentes. Se espera que en 2023 se pueda circular, dando continuidad, 19 años después, a los 11 kilómetros que transcurren desde el cuarto cinturón de Zaragoza. El siguiente paso ha sido la adjudicación de la redacción del proyecto para el siguiente tramo, de Fuentes de Ebro a Quinto, que tiene una longitud de 15 kilómetros. El tramo de la A-68 entre el Regallo y Alcañiz no se ha sacado todavía a concurso. A este ritmo de ejecución, es difícil que una buena parte de los actuales usuarios de esta infraestructura la vean terminada.

TRIBUNA

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2021-09-22T07:00:00.0000000Z

2021-09-22T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281874416547877

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