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DÉCADA PRODIGIOSA

TEXTO Carlos Primo FOTOGRAFÍA Virgile Texier

“DICEN QUE HACEN FALTA 30 años para redescubrir una época, y ya se han cumplido”, explica Paul Bourdet cuando le preguntamos por los motivos que le han llevado a dedicar su galería (19 Rue Guénégaud, París) al mobiliario de los ochenta. Este joven marchante asegura que no recuerda un momento de su vida en que no quisiera ser anticuario, y que aterrizó en la década prodigiosa tras comprobar que su pasión inicial, los años cincuenta, era un sector ya saturado. Fue entonces cuando redescubrió la obra de los mitos del diseño francés. Con solo 21 años compró su primera pieza, una silla de Philippe Starck producida en 1982 por la firma barcelonesa Disform. Después vinieron otras. “Empecé a vivir con estas piezas y me di cuenta rápidamente de que, además de su interés histórico, tenían un aura”. Y en la búsqueda de ese aura ha concentrado Bourdet sus esfuerzos. Contaba recientemente en una publicación en

Instagram que en una ocasión un taxista le preguntó si la lámpara Easylight (Starck, 1979) que llevaba bajo el brazo era una espada láser de La guerra de las galaxias. Pero anécdotas así son una excepción. El sector arde. “El diseño de los años ochenta tiene una particularidad interesante”, explica. “Emplea los avances técnicos modernos sin cerrar la puerta ni al ornamento ni a los estilos precedentes. Pone al diseñador en una posición de creador, casi artista, y no de técnico. Además, los ochenta integran mucha poesía y fantasía”. En esta reivindicación, Bourdet ha sido un adelantado a su tiempo, pero sabe que la competencia viene pisando fuerte. “Ahora el reto es seguir aquí, comprando piezas, al pie del cañón”.

EL ANTICUARIO PAUL BOURDET ES UNO DE LOS PRIMEROS QUE SE HAN ATREVIDO A ESPECIALIZARSE EN EL RADICAL MOBILIARIO DE LOS AÑOS OCHENTA

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2021-05-29T07:00:00.0000000Z

2021-05-29T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281681142795061

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