Las nuevas colecciones de exterior de estos italianos celebran la ligereza, la yuxtaposición de materiales y la versatilidad de piezas que quieren ser mucho más que un amor de verano

signia, se resuelve en una serie de rasgos casi evanescentes: fíjese en los soportes metálicos que hacen que la base parezca flotar sobre el suelo, o en los respaldos reducidos a su mínima expresión, apenas un marco tensionado por cordones que le dan consistencia sin rigidez.

El estudio GamFratesi, a su vez, firma la versión de exterior de la línea Fynn. Si quiere identificarla con claridad (arriba puede ver una butaca), la clave está en el reposabrazos, un ejercicio de sutileza de raíces escandinavas y manufactura italiana. Alargado, levemente curvado, torneado hasta lograr una textura suave y delicada, es un compendio de las virtudes de esta línea que habla de la ebanistería de altos vuelos que caracteriza a Minotti. En este caso, la ligereza se manifiesta en una estructura que adquiere templanza gracias a las cuerdas entretejidas y a los tonos suaves pensados para durar.

Como todo lo que lleva la firma de Minotti, estas nuevas colecciones presentan una ventaja adicional: cualquiera de sus piezas combina perfectamente con el resto de la gama y con las colecciones anteriores. Ahora que la vida moderna pide sosiego, nada mejor que una propuesta de diseño que no exige quemar las naves, sino cuidarlas con cariño para seguir navegando durante mucho más tiempo. Llámelo sostenibilidad.