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¿Hasta dónde llegará la gasolina?

La posibilidad de que España deba ser rescatada en 2013 no está descartada. De hecho, hay división de opiniones sobre la necesidad de anticiparse a nuevas presiones de los mercados

TERESA VELASCO

Los españoles encaramos 2013 con muy malos augurios. La economía seguirá en recesión –salvo el Gobierno, todas las instituciones nacionales e internacionales coinciden en que la economía caerá con creces más de un 1%–, continuará aumentando el paro –según la EPA, podríamos superar ya los seis millones de desempleados al cierre de 2012–, Europa nos sigue presionando –hasta febrero no dirán si nos permiten, sin sanciones, que el déficit público supere el 7% (y eso sin contar los efectos del rescate bancario)–, tal vez se necesiten subir más impuestos –o crear otros nuevos– y se requieran mayores recortes… Y mientras, el presidente Mariano Rajoy, justo en su ‘salsa’ dialéctica, insiste en lo de «por ahora, no... pero quien sabe». Por si acaso, el ministro de Economía, Luis de Guindos, sostiene que llegados a ese extremo no será como el griego o el portugués… Habrá que inventar un rescate a la española.

Cuando a principios de septiembre ese rescate parecía inminente, políticos y economistas se apresuraron a explicar que España, cuarta economía de la ‘zona euro’ y también cuarto país por población, no podría ser rescatado. Apuntaban todos a una vía intermedia, que el Banco Central Europeo nos prestara el dinero que necesitáramos para atender nuestros pagos, algo que el BCE se mostró entonces dispuesto a hacer (con nosotros y con otros socios del euro), pero con condiciones.... aún no aclaradas en su temi- da ‘letra pequeña’.

Pagos para 2013 hay muchos: cerca de 200.000 millones de euros entre vencimientos (113.884 millones) e intereses de la deuda (cerca de 40.000 millones), déficit (más de 45.900 millones hasta noviembre solo la Administración central) y deuda públicos (817.164 millones al cierre del tercer trimestre solo en deuda viva, sin contar otros pasivos). Y eso dejando a un lado problemas más de orden ‘interno’, como el déficit tarifario o la financiación del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).

La gran incógnita es si podremos atender tan cuantiosas sumas sin ayuda. José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, considera que se necesitará el rescate y a no mucho tardar. Hasta ahora –explica–, «le ha salido bien la jugada» al Gobierno (y a España), porque la salud económica de todos los países se ha ido deteriorando, incluida la recesión en la que ha caído Alemania. «Y eso nos beneficia», apunta. Por ello, cree que las condiciones que nos exigirían «serían ahora más suaves, porque en todos los países hay problemas».

Y es que la clave de todo este ir y venir con el rescate –no solo aquí, también en Europa, donde ni en Bruselas ni en Berlín quieren que lo solicitemos... ahora– reside en las condiciones que nos pondrían en el Memorándum de Entendimiento, el famoso ‘MoU’ del que ya conocimos un anticipo con el rescate del sector financiero. El director general del Mecanismo Europeo de Estabilidad, (MEDE) –el fondo del que saldría el dinero necesario–, el alemán Klaus Regling estima que la situación de España es «sostenible» y que mientras siga en la senda de los ajustes no habrá riesgo de que se le cierren los mercados.

El BCE también lanza ahora mensajes positivos –«las cosas están mejorando», afirma su presidente, Mario Draghi, al tiempo que advierte de 2013 debe ser otro año de «dolorosos progresos» para España–, mientras abunda en su disposición a comprar deuda soberana... con menores exigencias que hace unos meses. Ese colchón y la referida evolución recesiva de la ‘zona euro’ parecen alejar el rescate. Luc Coene, gobernador del Banco Nacional de Bélgica y consejero de la institución monetaria, veía estos días dicha opción «cada vez más y más pequeña». Los mercados se lo han creído y nuestra prima de riesgo ha comenzado a bajar: cerró la semana en los 388 puntos básicos, lejos del récord de 638 puntos el pasado 24 de julio.

...Contando espero

Rajoy, admiten fuentes gubernamentales, está esperando a que la prima de riesgo ronde los 200 puntos básicos y que las condiciones de Bruselas no afecten mucho a los ciudadanos... porque haberlas, las habrá. Expertos como Victorio Valle, director general de las Fundación de las Cajas de Ahorro (FUNCAS), apuntan como nivel más adecuado para solicitarlo el entorno de los 250-300 puntos.

Alberga, no obstante, sus dudas sobre el rescate porque su ventaja fundamental (reducción del tipo de interés de la deuda) podría tener un coste elevado, amén de las condiciones «nada claras» que nos pedirían. Por tanto, se trata de una «decisión política» en la que se deben so-

pesar tanto las ventajas como los costes, concluye Valle.

Hay tiempo hasta que se llegue a una situación «insostenible» financieramente, dicen los expertos que piensan como Valle –como Joaquín Trigo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE)–. Otros –casos de Emilio Ontiveros, presidente de AFI, o Joaquín Maudos, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia– estiman, por el contrario, que el rescate se debía haber solicitado ya, pues ven muchas más ventajas que desventajas.

No obstante, el empeoramiento económico también va a afectar, pues 2013 se aventura mucho peor que 2012. Según casi todas las previsiones, el PIB decrecerá de media un 1,5%. Muy lejos del -0,5% que espera el Gobierno y en sintonía con la CE (1,4%), el FMI (-1,3%) y la OCDE (-1,4%). Valle considera, además, que el círculo vicioso de esta crisis es peor que la de anteriores, pues al elevado déficit público se une la recesión (al menos, hasta el próximo verano): caída del consumo de los hogares (2,3%), del consumo público (-6,4%) y de la inversión (6,4%)… «Se haga, lo que se haga, de esta crisis no se saldrá hasta 2015», sentencia.

Positivos, ante todo

Con todo, algunos estadistas europeos intentan ser positivos. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, acaba de salir por la tangente afirmando que lo peor de la crisis ha pasado, precisamente ahora que se ha confirmado que su país entrará en recesión. En todo caso, como el consejero del BCE Coene ha dicho, «todavía hay margen». Y Rajoy le ha tomado la palabra al insis- tir en que, por el momento, no pedirá el rescate.

Desde Intermoney, sin embargo, Díez advierte de que la economía «no tira», ni por los ingresos (hasta noviembre, 97.312 millones de euros en términos de contabilidad nacional) ni por los gastos (143.222 millones). De ahí que no llegue a cumplir- se el objetivo de déficit (6,3%) fijado para 2012, y pueda volver a dispararse hasta el 9% si se considera el dinero anticipado por el Estado para el rescate bancario –sin sumarlo, estaría en cerca de 70.000 millones, el 7% del PIB–.

Así las cosas, no cree este experto que el rescate sea la solución, aunque se termine pidiendo. Tampoco se puede olvidar que en los primeros meses deberemos afrontar vencimientos muy elevados –en el primer cuatrimestre 56.400 millones y cerca de 114.000 millones en todo el año–. Por ello, Díez considera que el Gobierno no tiene mucho margen, «solo esperar»... más porque de haber hecho caso a los primeros llamamientos a que pidiéramos la ayuda, las condiciones hubieran sido «extremas». Los meses transcurridos «nos han puesto en mejores condiciones para negociar», precisa.

Emilio Ontiveros, responsable de Analistas Financieros Internacionales (AFI), sostiene que el rescate se debe pedir «cuanto antes» para dar «más certidumbre» a los inversores internacionales. Eso sí, argumenta que las exigencias que nos pongan habrán de «matizarse», dado que los Presupuestos del Estado para 2013 (publicados en el BOE el viernes) no resultan ya muy diferentes a los de un país intervenido, al aplicarse todos los ajustes exigidos por la ‘troika’ y estar sometidos a una «vigilancia intensiva» por el rescate de la banca. Es decir, toca seguir echando cuentas pero..., ¿hasta cuándo?

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2012-12-30T08:00:00.0000000Z

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