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Un arsenal legal de 40.000 armas de fuego en las casas de los granadinos

La mayor parte del armamento incautado a los clanes de la marihuana son escopetas de caza que suelen disponer de permiso

JOSÉ R. VILLALBA

GRANADA. Uno de los mayores quebraderos de cabeza de los agentes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado es saber de la existencia de un arma de fuego o de un explosivo que no esté bajo control. Donde hay una pistola, una escopeta o algún tipo de artefacto cargado de dinamita, goma dos o cualquier otra sustancia detonante hay un riesgo en potencia de usarlo para quitarle la vida a alguien. Solo en la provincia de Granada hay 40.000 armas de fuego con licencia y bajo control; mas del 90% son de caza. Otra cosa distinta es todo el ruido de balas originado por los dueños de la marihuana en Granada y que se ha cobrado doce vidas en seis años. La mayoría murieron de un disparo procedente de un arma de fuego sin control alguno.

Alberto Haro es el teniente responsable del área de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil en Granada, que cumple 35 años de existencia, donde se controla todo el armamento y explosivos registrado en esta provincia. «Aquí nos ocupamos de llevar un control exhaustivo de las armas y los explosivos. Toda licencia concedida tiene un dueño y cuando ese permiso caduca o la conducta del propietario no se ajusta a derecho se le retira el arma y la licencia», apunta.

Cada año se deniegan una media de setenta peticiones de licencia y se revocan o retiran más de cien. Ser un maltratador, haber cometidos delitos o infracciones administrativas reiteradas, por ejemplo en tráfico, o padecer algún trastorno mental son motivos suficientes para quitarle el arma a cualquier persona que tenga licencia para su uso. La mayoría de estas revocaciones de licencias son por la comisión de delitos, otras son por conductas incompatibles con el uso y tenencia de armas.

¿Qué pasa con las armas de la marihuana? «La mayor parte de las incautadas son escopetas de caza que usan para vigilar los cultivos y procedemos a la retirada de la licencia y del arma en cuestión», apunta el teniente.

La mayoría de esas licencias se retiran por la comisión de delitos, y suelen ser un centenar de escopetas, mayoritariamente, lo incautado cada año en Granada.

Depósito de explosivos

«También nos encargamos de los explosivos. Disponemos de un depósito donde están los explosivos que se utilizan en las canteras de Granada. Hay un severo control sobre ellos», apunta el responsable de armas de Granada. Los controles no se quedan ahí; también se supervisan todas las armas y explosivos que se fabrican en la factoría de El Fargue, así como el armamento de las empresas de seguridad privadas, pirotecnias, e incluso empresas de fertilizantes donde hay elevadas concentraciones de nitrato amónico, armerías y campos de tiro.

«Cada año eliminamos 400 armas inservibles. Y la subasta de escopetas pasará a la historia porque la última la celebraremos este mes de noviembre. Después de esa fecha, desaparecen las subastas que habitualmente se han ido realizando año tras año», advierte Haro. Particulares con armas cortas hay en torno a 200 y el resto suelen ser armas de caza o de tiro deportivo.

La Guardia Civil de Granada dispone de más de seis mil armas de fuego en sus depósitos de la Comandancia. Armamento que se ha ido acumulando a lo largo y ancho de los últimos diez años, principalmente, de personas a las que le caduca la licencia, otras procedentes de hechos delictivos y las que son entregadas de forma voluntaria. Cada año hay una media de 400 que son destruidas, incluidas las procedentes del narcotráfico de la marihuana.

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2021-08-01T07:00:00.0000000Z

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