En Jaén no hay playa pero como el paraíso interior que es cuenta con parajes espectaculares en los que disfrutar de un baño refrescante en armonía con la naturaleza, sobre todo en las sierras de Cazorla, Segura y las Villas. En esta última destaca el Charco del Aceite, también conocido por los lugareños como el Charco de la Pringue, cuyo nombre, según la tradición, le viene a raíz de que un mulo cargado de pellejos de aceite se precipitara por el angosto camino y cayera al agua.

Esta área recreativa, a menos de 20 kilómetros de Villanueva del Arzobispo, tiene un remanso de agua encajado en el mismo cauce del río Guadalquivir. Hay un muro con su contrapuerta para tener la posibilidad de vaciarlo por completo. Llama la atención la manera en la que sale el agua, lo que resulta muy peculiar: un rebosadero con rombos de piedra encima del muro, el cual, además de renovar el agua a esta piscina natural, sirve como puente improvisado para ir de un lado al otro del área recreativa.

El Charco de la Pringue se convierte así en un destino ideal para pasar un día en familia o con amigos y darse un chapuzón en las aguas cristalinas del Guadalquivir ahora que el calor aprieta, aguas bien fresquitas dada su procedencia. En las inmediaciones de la zona de baño hay mesas de piedra, asientos de madera y un chiringuito con el nombre de Charco del Aceite. Quienes quieran probar la gastronomía típica de la sierra o carnes a la brasa pueden hacerlo en el mesón El Mermecino, en la parte de arriba. Ambos locales están operativos desde la mañana y hasta el cierre, ofreciendo desayunos, almuerzos y cenas.

Desde este enclave privilegiado en el valle del Alto Guadalquivir se pueden divisar cabras montesas o incluso rapaces como el buitre leonado, entre otras muchas especies. Aquellos que quieran complementar el baño con alguna otra actividad pueden hacerlo a través de las tres empresas de turismo activo que operan en la zona: Guadalkayak, Rafting Las Villas y Aventura2. Y es que el Guadalquivir y su entorno son propicios para la práctica de deportes de aventura, desde el rafting, que consiste en descender el río en embarcaciones neumáticas, hasta el kayak de aguas bravas pasando por el paddle surf (surf de remo en río), barranquismo, escalada en vía ferrata, espeleología, puenting, rutas de senderismo o tirolina, entre otras disciplinas. Son muchas las posibilidades que ofrece este paraje natural jienense en plena sierra de las Villas.