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Putin crea una comisión para evitar que se cuestione la actuación soviética en la II Guerra Mundial

Un decreto presidencial establece una comisión de memoria histórica que defienda «los intereses nacionales» y evite reinterpretaciones

RAFAEL M. MAÑUECO

MOSCÚ. Con un evidente guiño al totalitario «ministerio de la verdad» orwelliano (en su novela ‘1984’), el presidente ruso, Vladímir Putin, ha puesto en funcionamiento una comisión para la correcta interpretación de los hechos históricos, en especial en lo relativo a la Gran Guerra Patria, denominación que en Rusia se aplica a la II Guerra Mundial.

Según establece el nuevo decreto en su introducción, deberá garantizar la interacción entre los distintos órganos e instituciones del Estado «en lo que tiene que ver con la defensa de los intereses nacionales de la Federación Rusa en el ámbito de la preservación de la verdad y la memoria históricas». Este nuevo estamento de supervisión de los contenidos historiográficos tendrá como objetivo «luchar contra la falsificación de la historia», contra su reescritura.

El nuevo órgano deberá monitorear cómo son presentados los hechos históricos por instituciones y especialistas, tanto dentro de Rusia como en el extranjero, y si son perjudiciales para los intereses nacionales del país.

Contrapropaganda

Se ocupará también de llevar a cabo «actividades de contrapropaganda» y de desarrollar un enfoque unificado para el sistema educativo ruso. El Comité de Instrucción ya tenía en su seno un departamento encargado de combatir la falsificación de la historia.

El presidente del consejo científico de la Sociedad Histórica Militar de Rusia, Anatoli Koshkin, defiende la postura oficial y estima que «hacía tiempo que debería haberse creado una comisión como esta». A su juicio, «es necesario, en primer lugar, hacer un seguimiento del desarrollo de nuestras investigaciones sobre la historia de la Gran Guerra Patria»

Por el contrario, Konstantín Morózov, miembro del Consejo de la Sociedad Histórica Libre e investigador principal del Instituto de Historia de Rusia de la Academia de Ciencias, estima en declaraciones a la radio Eco de Moscú que «el estudio de la historia requiere discusiones libres sobre diferentes puntos de vista. Los políticos a menudo usan la historia para sus propios fines».

Rusia cuenta ya con una ley, promulgada el pasado 1 de julio, que prohíbe y sanciona «equiparar los fines, decisiones y acciones de la dirección soviética con los de la Alemania nazi».

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2021-08-01T07:00:00.0000000Z

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