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«No es fácil ver por la televisión lo que debería vivir en persona»

Carolina Marín Campeona olímpica en Río 2016 en bádminton; ahora lesionada

Carolina Marín era una de las grandes opciones de medalla para España. Pero esta brava competidora onubense se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda y se ha perdido la cita olímpica. Un mazazo. Ahora, solo piensa en regresar. Habla de volver en el Mundial que se disputa en su tierra a finales de año, de París’24, donde tiene claro el objetivo: ganar. También echa la vista atrás y bucea en sus orígenes, en cómo una compañera de clase le introdujo en el bádminton. Y confiesa su gusto por la cocina y afirma que, fuera de la pista, es una persona muy diferente: «Me encanta estar de cachondeo».

–¿Eres consciente de que vas a ser la deportista española que más vamos a echar de menos?

–Me lo han dicho mucho, tanto en entrevistas, mensajes de WhatsApp, en redes… Agradezco muchísimo todo el cariño, porque no es fácil ver por televisión algo que debería estar viviendo en persona.

–Has posicionado a España y a Huelva dentro del mundo, sobre todo en Asia, en un deporte, como el bádminton, con una marcada tradición en estos países. ¿Qué se siente?

–Un orgullo enorme. Significa que lo que he hecho no solo tiene resultado en forma de medallas o premios, sino que va más allá. Para mí es tan importante como ganar un torneo, de verdad.

–No se entiende el bádminton sin Carolina Marín. ¿Qué les dices a los niños que quieren practicar este deporte y no otros más populares? ¿Y a esa niña que quiere ser como Carolina Marín?

–Lo que me gusta transmitir es que los niños y niñas hagan lo que les ilusione, lo que les guste y les motive. Yo descubrí el bádminton y mis padres me dieron la libertad de tomar mi camino. Ahora, con el paso de los años, me doy cuenta de lo afortunada que fui de tener ese apoyo y me encantaría que todos los niños que están en una situación parecida también lo tengan.

Sus orígenes

–¿Qué significa «puedo, porque pienso que puedo»?

–Significa que creer en que puedes alcanzar un objetivo que te propongas es el primer paso para lograrlo. Mucha gente piensa que es una frase vacía, pero no es así. No significa que todos podemos conseguir cualquier cosa en la vida, porque es mentira. Pero difícilmente podrás conseguir nada si no crees de verdad en ello. –¿Cómo empezó tu vida con el bádminton?

–Gracias a una amiga del colegio. La acompañé un día a jugar a un pabellón enfrente de mi casa en Huelva y me gustó. Me llamó la atención la forma de la raqueta, el volante… Lo bueno que tiene el bádminton es que aprender a golpear y que pase la red es más o menos fácil, aunque lo difícil viene después.

–Desde muy pequeña sales de Huelva para entrenar en Madrid. ¿Fue difícil tomar la decisión?

–Para mí, no. Pero para mis padres fue muy difícil: Huelva está lejos de Madrid, yo soy hija única… Pero confiaron en mí y creyeron en la oportunidad que se me estaba dando. Nunca se lo voy a poder agradecer lo suficiente.

–¿Algún recuerdo de tu infancia?

–El de una niña feliz. Yo disfruté muchísimo, tanto en Huelva como en Madrid. Hay gente que me dice que me he perdido muchas cosas, pero también he vivido experiencias que solo he podido vivir gracias a lo que hago.

–¿Qué sientes cuando vuelves a casa?

–Calma. Voy poco, pero cuando lo hago es para descansar y desconectar. Veo a mi familia, a mis amigos y me sirve para cargar las pilas.

–¿Algo que te ha enseñado el bádminton que nunca olvidarás?

–Es imposible decir todo lo que he aprendido. Llevo jugando casi desde que tengo memoria y me ha marcado como ninguna otra cosa. No te diré que me lo ha enseñado todo, pero sí casi todo.

–¿Tu mayor galardón es...?

–Más allá de las medallas o los títulos, lo que comentábamos al principio: haber dado a conocer mi deporte en nuestro país y que a la vez nuestro país y mi ciudad sean reconocidos en el mundo del bádminton.

–¿Cuál fue el primer pensamiento que te vino a la cabeza cuando te lesionaste? ¿Eras consciente de la gravedad?

–Desde el primer momento. Noté como un crujido y supe perfectamente que había ocurrido algo grave. En la anterior lesión pensé que se me había salido la rodilla, pero en este caso sabía lo que me había pasado porque no me ocurrió exactamente lo mismo: esta vez no fue al apoyar la pierna después de un salto, sino que se me quedó clavada.

La espera para operarse

–Una semana después te operas y sale todo muy bien. ¿Se aprende a llevar la situación mejor la segunda vez?

–El problema es que pasó casi una semana entre el momento de la lesión y la operación. Fue mucho tiempo de espera y se me hizo eterno. Una vez que me operé, la sensación era de estar ya en el

LA LESIÓN

«Noté como un crujido y supe perfectamente que había ocurrido algo grave»

EL ASPECTO PSICOLÓGICO

«A mí no me dicen que compita con la rodilla rota, pero sí le exigen a Simone Biles que compita sin estar mentalmente en condiciones»

proceso de recuperación, aunque es algo lento. Respecto a la vez anterior he ganado en que sé que tengo más paciencia de la que pensaba, aunque se pasa mal.

–Te hemos escuchado que tienes más ganas de volver que nunca. ¿Es el Mundial de Huelva, a finales de este año, tu nueva motivación?

–Sí. Los tiempos son justísimos, pero mi equipo y yo vamos a hacer todo lo posible para llegar. La rodilla va a ser la que marque los tiempos, evidentemente, pero vamos a hacer lo imposible.

–Ya hemos visto tus primeros pasos sin muletas, que estás entrenando sentada ¿Cómo va tu recuperación?

–Lenta, pero bien. Las sensaciones son buenas y sabemos que estamos dando los pasos en la buena dirección.

–Ahora mismo, con los Juegos ya en marcha, si colocas en una balanza tu grado de frustración y tu grado de motivación, ¿Hacía qué lado se inclina?

–Ahora mismo, en plenos Juegos, es imposible decir que no daría lo que fuera por estar en Tokio, porque sé que llegaba a por el oro. Pero también sé que tengo a mi lado a mucha gente que está conmigo pase lo que pase, y aunque eso no cambia el hecho de que no pueda participar, me ayuda a que la motivación por volver y seguir mi camino siga igual.

–París está a tres años vista. Te plantas con 31 años, aún muy joven. ¿Mandamos un mensaje a tus rivales? ¿Qué les dices?

–Que igual que fui a Río e iba a Tokio a por el oro, en París el objetivo es el mismo.

–¿Quién es Carolina Marín fuera de la cancha?

–Una persona diferente a la que ves en la pista. Ese perfil duro y agresivo es mi manera de jugar, pero no es mi manera de ser. Creo que nunca me he reído en la pista, en cambio fuera me encanta estar de cachondeo.

–Dentro, eres una deportista muy muy disciplinada, que entrena muy duro y que maneja los patrones de juego como nadie. ¿Se logra desconectar en algún momento?

–La verdad es que muy poco, pero supongo que eso también lo sabes tú. Yo le dedico al bádminton seis días a la semana y tengo uno libre que suelo dedicar a descansar, prácticamente, para volver al día siguiente a tope. Implica un sacrificio enorme, pero es como quiero que sea mi vida.

–¿Qué significa para Carolina Marín Fernando Rivas?

–Fernando es, ahora mismo, la persona con la que más tiempo he compartido en mi vida. Me fui de Huelva con 13 años y ya llevo 14 en Madrid. Ha sido muchas cosas: un segundo padre, entrenador, amigo… Pero sobre todo es uno de los mayores apoyos que he tenido. Siempre digo que no sé si habría habido Carolina Marín sin Fernando Rivas.

Decoración y cocina

–Hemos visto el abandono de Simone Biles en los Juegos por motivos psicológicos. ¿Crees que la psicología deportiva aún esta estigmatizada? ¿Empatizas con Biles?

–Lo primero que deberíamos hacer es darle a la salud mental la importancia que tiene, que es muchísima. Es bueno que una referente como ella, o como ya hizo Naomi Osaka, hablen con naturalidad de los problemas que han vivido. Nadie es menos fuerte por tener problemas. También creo que existe gente que no entiende aún lo que significa esto: a mí no me dicen que compita teniendo la rodilla rota, pero sí le exigen a Simone Biles que compita sin estar mentalmente en condiciones. Me da mucha pena que piensen así.

–Corrígeme si me equivoco. He leído que eres una amante de la decoración, cuéntame sobre eso... Y aparte ¿qué más cosas apasionan a Carolina Marín?

–Me gusta mucho cocinar, también. Aunque no tengo mucho tiempo, sí me gusta aprovecharlo cuando puedo: con mis amigos, con la familia… Y cuando no, me gusta ir a comer a sitios en los que pueda probar cosas nuevas.

–Si te doy a elegir una goma para borrar algo de tu pasado o un lápiz para seguir escribiendo la historia de tu vida... ¿Qué escoges?

–El lápiz, sin duda. Quiero seguir escribiendo mi historia.

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