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Merecido homenaje a los abuelos zamoranos

Más de un centenar de jubilados han asistido emocionados a los actos celebrados por el Día del Abuelo tras año y medio de pandemia

Andrea Brime

Más de un centenar de jubilados participa en los actos organizados en su honor tras año y medio de pandemia

¿Qué haríamos sin ellos? Sin sus consejos, sus “batallitas” de hace años o sin esa comida especial que hace la abuela y que no sabe igual que si la hace uno mismo o de restaurante, porque siempre está mejor la comida de la abuela que cualquier otra de 5 estrellas Michelín. Es por esto que todos los años, el 26 de junio, en los países cristianos se celebra y dedica este día a los más mayores de la casa, acto más especial todavía después de los tiempos tan duros que han vivido por la pandemia.

La diócesis de Zamora celebró ayer la I Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores. El día inició con un momento de oración en la iglesia de San Ildefonso y continuó con una eucaristía en la Catedral de la capital presidida por el obispo de Zamora, Fernando Valera. Después de los actos litúrgicos, el grupo folclórico Don Sancho protagonizó una actuación para los más mayores, en la que se interpretaron varios bailes tradicionales de Aliste, Sayago o la jota de Toro.

La pandemia ha complicado las relaciones familiares, y más entre los abuelos y los nietos. Algunos de ellos no pudieron conocer a su nieto recién nacido hasta pasados unos meses, mientras que otros han estado casi dos años sin poder verlos, como fue la situación que vivió Carmen San José que, después de estar algo más de 14 meses sin juntarse, poco a poco vuelve a retomar el contacto con ellos presencialmente, “siempre con todas las precauciones y el cuidado”. Pese a estar tanto tiempo sin poder verse, la mujer prefería eso a que ellos o cualquier otro miembro de la familia corriera el riesgo de contagiarse de coronavirus.

Este no es el caso de Mari Paz de Santiago, quién tuvo la gran fortuna de pasar el confinamiento junto a sus nietas y su familia en Cartagena (Murcia). No obstante, la mujer estaba deseando volver a “su tierra zamorana” porque “allí hace demasiado calor” y no lo aguantaba más.

Los abuelos dan para mucho, al igual que sus consejos. Estos han vivido innumerables situaciones a lo largo de su vida, y es por ello que tratan de asesorar y aconsejar de la mejor manera posible a sus nietos. “Yo lo único que les digo, y que también deseo, es que sepan andar por el mundo, que nadie les tenga que llamar la atención”, confiesa Manuel Merino, “o que no se sientan mal con ellos mismos y que no tengan remordimientos, porque si no, algo han hecho mal”. El zamorano Pablo Pérez, al igual que el resto de abuelos, se centra en dos simples cosas: que sean buenas personas y que estos trabajen mucho.

Posiblemente, el día más feliz de sus vidas fue cuando supieron que iban a ser abuelos. Ilusionados por la situación, alegres, lloreras de emoción o maravillados con el recién nacido, son algunas de las sensaciones que vivieron todos ellos al ver como la familia crecía poco a poco.

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2021-07-27T07:00:00.0000000Z

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