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David Valero, bronce en ciclismo de montaña, segunda medalla para España en los Juegos de Tokio

El ciclista granadino consiguió el bronce en la modalidad de Cross Country que se suma a la plata de la taekwondista zamorana Adriana Cerezo

Tokio

La segunda medalla en los Juego de Tokio para España fue conseguida por David Valero en el circuito de montaña de la ciudad de Izu. De forma brillante e inesperada, el ciclista granadino se repuso de una mala salida y fue ganando posiciones hasta hacerse con el bronce. Pidcock, corredor del equipo Ineos de 21 años, ganó el oro y Flueckiguer la plata en la prueba de Cross Country, modalidad de bicicleta de montaña. Valero, de 1,90 de estatura y 32 años, es el segundo medallista español de esta edición tras la plata obtenida por la taekwondista madrileña Adriana Cerezo, enraizada en Fuentespreadas (Zamora). Después de una salida accidentada, en la que sufrió tropezones en el tumulto de salida empezando la carrera muy retrasado, el ciclista de Baza se vio en el puesto 35 al finalizar la primera de las siete vueltas al circuito. Tuvo que remontar más de una treintena de posiciones hasta trepar al tercer peldaño del podio. Nadie contaba con él como posible medallista en Tokio, como tampoco estaba en los pronósticos en Río 2016 su ahora mentor, Carlos Coloma, que también acabó siendo bronce. El gran golpe se coció a fuego lento. Por momentos, sobre el duro y técnico circuito japonés, Valero llegó a tener el mejor ritmo de todos, de ahí que alcanzara a los corredores que tenía muy por delante. Cual depredador fue cazando uno tras otro a sus rivales. Pese al enorme desgaste de la remontada, tuvo fuerzas para dejar atrás al francés Victor Koretzky, al neozelandés Anton Cooper y al rumano Vlad Dascalu, evitando un azaroso esprint.

Le arrebató por ocho segundos el bronce al suizo Nino Schurter, una leyenda viva de la bici de montaña (campeón olímpico y ganador de ocho mundiales).

Mientras el español había llegado a la altura del reducido grupo que se iba a jugar la medalla de plata y la de bronce, el multifacético británico Thomas Pidcock ya se había escapado en el quinto giro, que se aseguró el oro en el kilómetro 25. Por delante del granadino, sólo Pidcock y el también suizo Flueckiger. Hasta estos Juegos de Tokio, Valero sólo había hecho dos podios internacionales: en 2017 fue segundo en la Copa del Mundo de Nove Mesto (R. Checa) y al año siguiente tercero en el Europeo de Glasgow. España se le había quedado pequeña después de conquistar cinco títulos nacionales en los últimos años. En Tokio se ha consagrado entre los grandes, aprovechando la plaza vacante que dejó la temprana caída del gran favorito, el belga Mathieu Van der Poel, cuatro veces campeón mundial de ciclocross. El bastetano inscribe su nombre en la reducida lista de españoles que han ganado medalla olímpica en bicicleta de montaña. El primero fue José Antonio Hermida, plata en Atenas 2004, y el segundo Carlos Coloma, bronce en Río 2016. Por segunda edición consecutiva de los Juegos Olímpicos, hubo un español con el que nadie contaba la víspera de la prueba.

La victoria en montaña de David Valero supone el triunfo de un deportista casi anónimo que lleva décadas de sacrificio y esfuerzo en la sombra persiguiendo un éxito así. Tenía la cita olímpica marcada entre ceja y ceja desde que, en Río en 2016, en sus primeros Juegos, acabó noveno. Era una espina que tenía clavada. El granadino pertenece al equipo BH Templo Cafés UCC y junto a su entrenador, el medallista Carlos Coloma, ha seguido una preparación exhaustiva para estos Juegos en los que ha alternado los entrenamientos en altura de Sierra Nevada (Granada) con los días de concentración en Altea (Alicante) para adaptarse al clima de Tokio.

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2021-07-27T07:00:00.0000000Z

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