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HISTORIAS DE AMOR Y SUPERVIVENCIA

Logroño rinde homenaje a Germán y María, ambos de 103 años, los vecinos más longevos de la ciudad

ÁFRICA AZCONA

Sobrevivieron a la gripe española -registró una alta mortalidad infantil- y recientemente han superado el COVID. Si hay que hablar de supervivencia, seguramente Germán González Untoria, de 103 años, y María Fernández Orive, que este año alcanza los 104, sumarían muchos votos. Ella, huérfana muy joven, tuvo que mudarse a Madrid con unos tíos y él cuando vino al mundo en su Valgañón natal a punto estuvo de morir, pero un baño rápido en una barreño de agua fría obró el milagro. «Toda su vida, hasta hace poco, siguió duchándose con agua fría. Yo creo que este es uno de los secretos de su longevidad», se enorgulleció ayer su nieta Itziar durante su intervención en el homenaje que ayer les tributó el Ayuntamiento, donde los protagonistas recibieron un gran ramo de flores y el calor de la Corporación y sus allegados.

Ambos, con sus más de diez décadas estupendamente llevadas, correspondieron a los agasajos con una amplia sonrisa complaciente. «Mi padre siempre ha sido de los que cuando le han venido mal dadas, le ha dado la vuelta para ver lo bueno», pero si algo quiere destacar su hija es su carácter: «Siempre ha sido muy buena persona y muy tranquilo». Él también añade: «Llevo muchos años rezando y tengo todo el cariño de la familia, ese es el secreto». Se instaló en Logroño en 1942 donde se integró en el Servicio Nacional de Productos Agrarios, lugar en el que desarrolló su carrera profesional hasta su jubilación en el año 1987, unos meses antes de cumplir los 70 años.

Germán Tiene nueve hijos. Siempre contó con una especial inquietud por el arte y ello le llevó a iniciar los estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Logroño, donde tuvo oportunidad de aprender de profesores como el escultor Vicente Ochoa o el escultor Félix Reyes. Es un gran lector, aficionado y seguidor de todo tipo de deportes, especialmente de la pelota a mano y el fútbol, que, junto con el ciclismo, practicó en su juventud y que le llevaron a participar en el año 1952 en la creación de la «Peña Balsamaiso C.F. de Logroño».

El teatro y los toros

Por su parte, María Fernández Orive es natural de Santo Domingo de la Calzada. Sus padres regentaron una tienda de calzados, donde María trabajó como dependienta. Fue la única chica de siete hermanos. En Madrid conoció al que iba a ser su compañero en la vida, Antonio Velasco, también calceatense. Se casaron en 1948, en la Iglesia de Covadonga de Madrid. Estuvieron juntos 60 años. Vivió en Madrid hasta que, en el año 2006, Antonio falleció y María regresó a Logroño para vivir con una de sus hijas. Tiene dos, Gloria y Ana, tres nietos y una bisnieta, Nora. Sus aficiones han sido el teatro y los toros.

Coqueta y en tiempos una persona muy activa, ayer dio muestras de su carácter afable mientras su hija Gloria la miraba con orgullo. «La que es guapa de pequeña lo es siempre», respondía coqueta ante los halagos por la buena planta que aun exhibe. «He estado muy cuidada siempre y arropada por la familia, y he sido muy feliz en Madrid, donde he tenido unos vecinos con los que siempre he tenido muy buena relación. Hemos sido como una familia», resumía.

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2021-07-27T07:00:00.0000000Z

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