El motivo de enviarle esta carta es mostrar primero mi extrañeza, segundo mi sorpresa y tercero mi gran enfado por el insólito hecho de que el fin de semana pasado el ambulatorio de Ezcaray se haya mantenido cerrado por falta de personal. Se está hablando, a bombo y platillo, de que se quiere convertir nuestro pueblo en un gran lugar turístico en La Rioja. Hay presupuestada ya una cantidad considerable de dinero para hacer de San Lorenzo un lugar de ocio y deporte que funcione invierno y verano, pero que algo tan elemental como es la Atención Primaria sanitaria se cierre por falta de personal resulta inadmisible. Somos una localidad con más de 2.000 habitantes censados, pero los fines de semana, Semana Santa, y verano podemos superar fácilmente los 15.000 o incluso más. La Consejería de Salud lo sabe y, si no, lo debería saber antes de tomar semejante medida. Más aún cuando estamos inmersos en una pandemia que nos está costando vidas, puestos de trabajo y cierre de empresas.

También quisiera añadir que, aunque el número de ciudadanos censados no sea el suficiente para tener policía municipal propia, sí que se deberían tener en cuenta estas aglomeraciones periódicas para poner algún sistema de control extra. La Guardia Civil, que es la encargada, no puede dar a basto puesto que su área de acción no se limita solamente a Ezcaray. Al no haber vigilancia, una cifra considerable de la gente que viene al pueblo a pasar lo mejor posible sus días de asueto se lo toma como su finca particular sin ninguna consideración por las medidas de precaución anti-COVID, ni por el descanso de los habitantes –en esto se incluyen los más jóvenes, pero también gente de edad media y también mayores– ni por el respeto a los vados ni zonas de carga y descarga, aparcando allá donde encuentren un hueco. Una circunstancia que hace un tanto áspera la convivencia. Francisco Javier Aguirre Bandrés