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Valero toma el relevo de Coloma

Patrón y pupilo. Riojano y andaluz corrieron juntos en Río de Janeiro, Juegos que separaron sus caminos hasta 2020, cuando volvieron a unirse para llegar hasta Tokio

JOSÉ MARTÍNEZ GLERA

El domingo 21 de agosto de 2016, Carlos Coloma lograba la medalla de bronce en Rio de Janeiro. «Si lo piensas y lo trabajas duro, puedes conseguir cualquier cosa», decía con la presea en la mano. Cinco años después, el albeldense ha vuelto a llorar (es de lágrima fácil). Nunca se podrá afirmar que aquel metal es la semilla del que ayer logró David Valero en Izu, también de bronce, pero sí que ambas están ligadas.

Todas los éxitos tienen una historia detrás. La medalla de Coloma siempre se recordará por la manera de pelearla y por su celebración, que desde hace cinco años tiene su hueco en la historia olímpica. La medalla de Valero pasa a los libros por la manera de alcanzarla, desde la plaza trigésimo quinta, en la vuelta inicial, a la tercera, en la séptima y última. Épico.

David Valero y Carlos Coloma coincidieron en el MMR asturiano y de hecho, con aquella bicicleta rígida logró el riojano la medalla. Hoy sería considerada poco menos que un hierro, pero es que además no tendría cabida en un trazado como el de Izu. Río de Janeiro separó ambos caminos. Coloma comenzó a pensar en una estructura desconocida para el mountain bike y en un nuevo proyecto de nombre Rocío del Alba García. Como paso previo, sus años en el Primaflor.

Carlos y David siguieron caminos paralelos. El andaluz se quedó en el MMR, donde también estaba Pablo Rodríguez, hoy en el BH Templo Cafés, que desde hoy pensará en París. Coincidían en las diferentes competiciones. Valero, entonces 27 años, se perfilaba como el sucesor de Coloma. El riojano ya sabía lo que era ganar el título nacional. De hecho, tiene una notable colección de medallas. Ahí estaba Valero para tomar el relevó. Seis oros españoles, los últimos cinco consecutivos.

Coloma era consciente de que su proyecto debía acoger a los mejores. Y se puso manos a la obra. Tiene a los actuales campeones de España, que además han revalidado título hace pocas semanas, en Sabiñánigo, pero sobre todo tiene a dos olímpicos. El proyecto es el BH Templo Cafés, con capital nipón en sus arcas.

La temporada de Valero no estaba siendo brillante en Copa del Mundo, escenario en el que si no entras entre los diez mejores tu nombre se escribe con letras más pequeñas. Entonces apelas al ‘top quince’ o al ‘top veinte’ como consuelo, pero no es lo mismo. Ahora bien, el gigantón de Baza ha mejorado con el paso de las carreras. En Nove Mesto fue mejor que en Albstadt; y en Leogang, mejor que en Nove Mesto; y en Les Gets, mejor que en Leogang; y en Sabiñánigo ofertó un monólogo para colgarse por sexta vez el oro nacional. El camino era el adecuado, aunque no pareciese luminoso. Y ese camino desembocaba en Izu, desde donde se puede ver al monte Fiju, aunque les separen 80 kilómetros. No había otro objetivo, pero si alguien sabe cómo cambia la vida una medalla olímpica, ese es Carlos Coloma. Y como es un tipo generoso, la gloria no la quiere solo para él, sino para los suyos. Patrón y pupilo. Amigos.

Así, cinco años después, Valero toma el testigo de Carlos Coloma, como este a su vez lo cogió de José Antonio Hermida, aunque fueron necesarios doce años y tres Juegos. Valero ha crecido de la mano de Coloma. Mano izquierda para mimar y mano derecha para que no se desvíe del camino. Toda la temporada estaba enfocada para que Valero estuviera en su mayor plenitud el 26 de julio de 2021. Un calco del año 2016, con Coloma y Río como protagonistas. Como dice Coloma, en un carrera de un día puede pasar cualquier cosa.

Coloma tiene mano izquierda para mimar al corredor y derecha para exigir y que no se desvíe del camino marcado

El riojano centró todo el año 2016 en su cita olímpica. Con Valero como pupilo ha obrado de igual manera con idéntico éxito

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2021-07-27T07:00:00.0000000Z

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