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Desayuno de domingo con…

Madrid, 1972. Soy actor cómico y presentador de televisión. Interpreto a un revisor un pelín malvado y gruñón, pero buena gente, en la película A todo tren. Destino Asturias.

Florentino Fernández

Florentino Fernández.

XLSemanal.

Por primera vez hace de malo. No le pega nada, pero lo borda.

Florentino Fernández. ¡Jajaja! Eso es porque sigo los consejos de mi hijo, que dice que no entiende por qué soy cómico con la mala leche que me gasto.

¿Flo de pequeño era un trasto?

F.F. No, tuve una infancia bastante benévola. Siempre fui el gordito al que su madre, por falta de dinero, arreglaba las gafas con celofán.

Cuenta que en el colegio se apuntó a un grupo de teatro y que la gente se partía de risa cuando representaba un drama.

F.F. Sí, sí [ríe]. En Olvida los tambores, de Ana Diosdado, mi primera obra. Hacía de juez y, cuando aparecí en el segundo acto, la gente empezó a tirarse de risa. Y me echó la bronca el director. Entonces, me di cuenta de la facilidad que tenía para hacer reír, aunque estuviera serio.

Dice que de niño nunca fue al cine.

F.F. Me hubiera encantado, pero para mi madre lo más importante era tener un plato de comida caliente. Me he quitado esa espinita, tengo contratadas todas las plataformas y siento necesidad vital de leer, ir a museos, ver exposiciones…

Dejó el colegio para trabajar como vigilante de seguridad y a su madre no le gustó cuando decidió ser actor cómico.

F.F. Quería para mí un sueldo fijo, un traje y que no me manchara las manos. Su ideal era: vendedor de El Corte Inglés. Decía que esta profesión es rara e ingrata porque «con lo que fue Gracita Morales, nadie fue a su entierro».

Fue una sorpresa verlo cocinar en MasterChef y llegar a la final.

F.F. Es un programa muy intenso con muchas horas de grabación y en el que nunca sabes qué va a pasar. Disfruté con el binomio de cocina y comedia, aprendí todo lo que pude y cuando me vi en la final me pareció superincreíble.

XL. También recibió críticas por sus bromas 'modositas'; las parodias sobre gais ya no se aceptan como antes.

F.F. El humor es el reflejo de la sociedad y los chistes son una parodia de la realidad que se exagera. Hubo gente que criticó la actuación sobre la relación amorosa con Pepe. Sentí que hubiera quien se ofendiera y pedí disculpas. En ningún caso, la comedia puede ofender.

Sus compañeros dicen que es bonachón, generoso y buena persona. ¿Es ambicioso?

F.F. No. Trato de hacer lo que se me encarga lo mejor posible. Tras 25 años de profesión, estoy aquí porque no pretendía estar en ningún sitio. No me siento por encima de nadie y no tengo pensamientos maquiavélicos. No tenía calculado llegar a donde he llegado; solo quería ser feliz. Y lo soy.

Sumario

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2021-07-25T07:00:00.0000000Z

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