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Simulacro de cogobernanza

Sería imperdonable que Sánchez rehúse en Salamanca avanzar el destino de los fondos europeos y algo de la financiación autonómica

La Conferencia de Presidentes convocada para el próximo viernes 30 de julio por Pedro Sánchez está decepcionando días antes las expectativas que el propio Ejecutivo había alentado con la cita de Salamanca. En diciembre de 2009 el encuentro se instituyó en «máximo órgano de cooperación política» entre el Gobierno de España y los de las comunidades autónomas, debiéndose organizar sus reuniones por un Comité preparatorio encabezado por la titular del ministerio de Política Territorial, estableciendo un orden del día previo acuerdo con los gobiernos regionales. Sin embargo, la sesión prevista para el viernes no ha seguido ese procedimiento, y se limitará a una intervención del presidente Sánchez tras la que los presidentes autonómicos hablarán durante cinco minutos cada uno. Un cónclave de dos a tres horas que según el temario avanzado por Moncloa versará sobre la situación de la pandemia y sobre el reto demográfico. La negativa de Pere Aragonés a acudir a la cita, la posibilidad de que Iñigo Urkullu opte por lo mismo, las advertencias de Isabel Díaz Ayuso sobre su eventual ausencia y las justificadas críticas de los demás presidentes autonómicos del PP hacia el proceder del presidente al convocar el encuentro sin acordar un orden del día, permiten suponer que su desarrollo se convertirá en una discusión sin más conclusiones que las que extraiga Pedro Sánchez. Conclusiones que probablemente haga públicas la víspera, en su comparecencia para hacer balance del curso político. La «cogobernanza» entre el Ejecutivo central y los gobiernos autonómicos ha sido más un hallazgo de marketing político por parte del primero que una realidad vivida como tal por los segundos. La quinta ola de la pandemia lo ha revelado con crudeza. La reivindicación de la «bilateralidad» por el gobierno de la Generalitat catalana integrado entre ERC y Junts, exigiendo no solo una negociación aparte en torno a sus aspiraciones, sino un tratado entre iguales, introduce mucho más que un factor de asimetría en la compleja gobernación del Estado autonómico. Es muy probable que en Salamanca Pedro Sánchez trate de presentar la pandemia como un problema amortizado, y de derivar el reto demográfico al enunciado de lugares comunes sin compromisos expresos. Pero sería imperdonable que rehúse concretar un poco del destino de los fondos europeos y avanzar algo en materia de financiación autonómica.

OPINIÓN

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2021-07-27T07:00:00.0000000Z

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281977495652824

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