Kiosko y Más

El deber de exigir

ROSA MACHÍ PRAT

Siempre he sido una persona agradecida y por ello he exigido y sembrado dentro de mi familia como norma el reconocimiento y el agradecimiento que nos debemos los unos a otros y que en mi caso siempre ha surgido espontáneamente, sin necesidad de recordar. He educado a mi hijo recordándole que su bienestar es nuestro bienestar y viceversa, y que todos nos necesitamos de una manera u otra y por ello hay que corresponder inexcusablemente cuando las circunstancias lo requieran aportando con honor nuestro granito de arena, pues si en la familia no se encuentra ayuda ¿dónde se puede encontrar?. Nada en este mundo es gratis, hasta nuestra vida que es un don de Dios, hay que devolverla a nuestro hacedor con el rélito de nuestras obras. Por mucho que el sistema inculque que el sacrificio, el amor y la lealtad de los hijos hacia los padres es relativo y nunca tiene que ser asfixiante como una deuda que hay que devolver inexcusablemente, sino a conveniencia. Ante este modelo implantado hay un hijo de cada mil que corresponde con gratitud al sacrificio de sus incondicionales padres. Miles se encuentran atrapados en la soledad de sus casas o residencias olvidados de unos hijos egoistas y sin escrúpulos que siempre tiene excusa para no acudir a sus necesidades, olvidando que los padres necesitan de sus hijos tanto como ellos necesitaron.

OPINIÓN

es-es

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

2021-07-27T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282046215129560

ABC