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La población de la diócesis de Garissa lleva a sus espaldas no solo el peor ataque terrorista de la historia de Kenia, sino un severo encadenamiento de sequías e inundaciones que les lleva a rehacer sus vidas año tras año.

Texto de GORIL MEISINGSET. Departamento de Proyectos de África.

Garissa, la diócesis de mayor extensión en Kenia, está situada en el este del país, en la frontera con Somalia. Tal vez los lectores recuerden este nombre por ser la región donde tuvo lugar el más grave ataque yihadista ocurrido en el país cuando, en 2015, militantes de la organización terrorista Al-Shabaab atacaron la universidad de Garissa, acabando con la vida de 152 personas.

Tana River es uno de los cuatro distritos que cubre geográficamente la diócesis. Allí trabaja el padre José Luis Orpella como párroco de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús en Emaús y como coordinador médico de la diócesis. La zona es semiárida y de las más pobres e inseguras de Kenia, habitada por dos tribus mayoritarias: los Pokomo, pequeños agricultores, y los Orma, ganaderos seminómadas.

Manos Unidas colabora con la misión de Emaús desde hace una década y en este tiempo hemos comprobado de primera mano la paradójica realidad que vive la población: años de durísimas sequías que dan paso a lluvias torrenciales prolongadas que causan el desbordamientos del río Tana, el más caudaloso y largo del país –y que da nombre al distrito–, lo que deja a la población sin alimento a causa de la destrucción de cosechas. Una vez tras otra, estos pueblos, que habitan casas de barro y paja, se ven golpeados dramáticamente por la desgracia y ven destruidos por completo los pequeños avances que van conquistando para mejorar sus condiciones de vida.

Alimentación, salud y educación para salir adelante

En una zona en la que la malnutrición es endémica, el índice de mortalidad infantil es de 96 por 1.000 nacidos vivos, donde más del 80 % de sus habitantes vive bajo el umbral de pobreza absoluta y la esperanza de vida es de tan solo 53 años, la misión de Emaús ha acudido en varias ocasiones al socorro de la población. Con el apoyo de Manos Unidas, ha puesto en marcha proyectos de emergencia para distribuir alimentos de primera necesidad y ofrecer asistencia médico-sanitaria a través del centro de salud de San Rafael que está a cargo de la misión.

Además de la asistencia a la población en situaciones de emergencia, y para contribuir a mejorar la nutrición, educación e higiene de los niños en esta área rural, se han mejorado las infraestructuras de la guardería y la escuela primaria de San José, regentadas también por la misión. Gracias a ello, disponen ahora de una cocina funcional e higiénica, letrina y abastecimiento de agua y un huerto para mejorar la alimentación de los niños, lo que supone un logro enorme en esta zona y convierte a esta escuela en la única de estas características en Tana River.

Mirando hacia el futuro, nuestro objetivo es seguir trabajando para que aquellos niños que viven más alejados de la misión tengan acceso a una asistencia sanitaria y nutricional de calidad, con la puesta en marcha de un centro nutricional infantil, con asistencia médica y formación a las madres y gestantes sobre nutrición y cuidado infantil. Todo ello ayudará enormemente a reducir la malnutrición y la morbilidad infantil, para que niños y niñas crezcan sanos y afronten el futuro luchando contra la pobreza, desigualdad e injusticia reinantes en esta remota zona de Kenia ●

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2021-06-22T07:00:00.0000000Z

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