Me apasiona correr mucho tiempo. La distancia maratón me da la oportunidad de disfrutar de muchas más sensaciones que supone la distancia mítica: los nervios, coger el ritmo, superar el famoso muro y atravesar la meta aupado por todos los aficionados. 2. Sin duda, por la mañana. Es como empezar a poner a punto el cuerpo y la mente para el día que comienza. 3. Siempre que corro para disfrutar voy por sensaciones. No con pulsómetro. Aunque si quiero preparar una prueba, y lograr alguna meta, suelo entrenar con pulsómetro y tiempos. 4. La gorra es un accesorio obligatorio en todas mis salidas, al igual que las gafas para protegerme del sol, viento y polvo. 5. Los geles me sientan mal al estómago, por lo que he aprendido a sobrevivir y buscar apoyo alimenticio en las barritas. 6. Siempre sin música. En el maratón de Londres me perdí todo el ambiente y, desde entonces, rara vez la llevo. 7. Cuando atravieso la meta, me encanta el abrazo de una persona cercana y querida. Es lo más reconfortante y el mejor premio. En cada entrenamiento con mi pareja, al final nunca falta un buen abrazo.