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ADI Design

Texto: Carlos Megía

“Es un espacio eterno. Cuando entro me da la sensación de que estoy en el Duomo o en la Sagrada Familia”. Umberto Cabini ni quiere ni puede disimular el entusiasmo por la nueva “catedral” que acaba de abrir sus puertas en el corazón del barrio chino de Milán. Sentado en un despacho que evidencia su pasión por el arte pese a la limitación visual del recuadro de la videollamada, el presidente de la Fundación ADI (Associazione per il Disegno Industriale) enumera ante esta revista las bondades de un espacio que promete convertirse en centro de peregrinación obligado para los feligreses del diseño y de la cultura contemporánea en general. Tras un año de retraso por los rigores de la pandemia, el ADI Design Museum ha abierto sus puertas para exhibir el músculo de una asociación que durante las últimas seis décadas ha celebrado y tutelado los hallazgos y evoluciones del sector con los Compasso d’oro, los premios por antonomasia del diseño italiano.

“Contamos con la colección más importante del mundo. Un patrimonio que va desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, pero que estaba guardado en una nave”, se lamenta este empresario natural de Lombardía, de gentileza innata y sonrisa contagiosa. Era prácticamente un pecado, añade, no darle lustre a un archivo histórico con cerca de 2300 productos y proyectos que conformarán ahora la exposición permanente del espacio, incluyendo los 350 ganadores del galardón.

Él fue uno de ellos. El italiano se alzó con el premio en 1989 gracias a la cajonera Boomerang, esa columna con casillas extraíbles y ligeramente inclinadas omnipresente en las farmacias que permite que los productos de mayor antigüedad se deslicen hacia el exterior. Más de treinta años después de ver la luz, siguen siendo líderes mundiales en el sector. “Es un producto inteligente y de calidad. Para competir con China necesitamos buenos diseños”, sostiene, mientras aconseja: “y patentarlos… porque si no te copian”.

Ese afán divulgativo está presente en un espacio que ha hecho del proceso creativo su hilo argumental y que, además de erigirse en la nueva casa de los diseñadores, busca atrapar al público más joven. Cabini, con un castellano forjado durante más de tres décadas de relaciones empresariales con nuestro país,

califica la visita de experiencial: “Aquí no miras un objeto y pasas de largo. Queremos que los estudiantes entiendan cómo nace y se construye cada elemento”. Desde un Fiat 500 a un simple tenedor pasando por una máquina de escribir Olivetti, insiste en que “nada surge por casualidad”. Además de corroborar el impacto del conocido Made in Italy en el mundo, su objetivo es establecer un diálogo activo e incesante con áreas como la moda, la tecnología o la arquitectura en las diferentes colecciones temporales que albergarán sus salas.

Pero más allá de la materialización de un proyecto concebido hace una década, la apertura del ADI Design Museum es especialmente simbólica –él lo tilda de “renacer”–para una ciudad castigada con dureza por la pandemia. Cuyo impacto, en opinión del empresario, ya se deja notar en las mentes creativas de las nuevas generaciones, que reinventarán, por ejemplo, “el concepto de lo que entendemos por vida en común y habitar una casa”. El compás dorado de este italiano salta entre sectores y vislumbra la expansión definitiva del diseño a otras áreas emergentes como la del calzado o el packaging, y en la tan omnipresente como urgente sostenibilidad. “El diseño debe apostar por productos sostenibles y reciclables, no hay un tema más importante ahora mismo tanto en Italia como en el mundo. Es un problema global”.

#6 Sumario

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2021-07-31T07:00:00.0000000Z

2021-07-31T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282681870298019

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