Kiosko y Más

Rossana Orlandi

Ilustración de Juan Buendía para White Paper By

Llegó al mundo del diseño por sorpresa y con estruendo, logrando que su espacio de Milán se convirtiese a toda velocidad en un referente internacional. Tiene el ojo entrenado para ver con discernimiento y se apoya en su intuición para decidir los diseñadores que la acompañan en su viaje. No hay joven diseñador que no anhele su MIRADA, Formar parte DE su Elenco SIGNIFICA muchas puertas abiertas al futuro, pero más vale que les interese más el futuro del planeta que el suyo propio, porque Rossana Orlandi es implacable con quien no tiene por bandera un diseño sostenible y responsable..

Empezaste trabajando en moda y así estuviste muchos años, en principio para la empresa familiar y después para otras como Armani o Kenzo, ¿pero qué hacías

exactamente? Trabajaba en el mundo de la confección de punto, que tiene sus propias reglas distintas a las del textil, para empresas como Filpucci, una marca italiana de alta gama que se dedica a hilos de tejer para prendas de punto y para Grignasco, especializada en ovillos de lana y otros materiales para tejer. La moda en aquella época era muy precisa y yo exploraba las tendencias, estudiaba el hilado, realizaba todas las cartas de color, las posibles mezclas y también diseñaba las promociones. ¡Era una época muy excitante! Es algo que hice más o menos durante veinte años.

¿Cómo ocurrió que pasaste de la moda a dedicarte al

diseño? Básicamente lo que pasó es que la moda dejó de ser tan estimulante como lo había sido antes, las grandes compañías empezaron a dejar de ser tan creativas, al menos en ese sector, donde se empezaron a usar máquinas electrónicas, un modo muy diferente de trabajar que dejó de interesarme, además de que era muy estresante, todo el día corriendo, demasiadas colecciones... Así que me aburrí, simplemente dejé de encontrarlo divertido.

¿Y de repente te empezó a interesar el diseño de muebles

y objetos? No, siempre me había gustado, de hecho, era ya coleccionista de diseño, pero además es que cuando te

dedicas a las tendencias tienes los ojos abiertos a todo lo que ocurre a tu alrededor, no sólo a los eventos de tipo socioeconómicos sino a todo lo relacionado con la creatividad. En todo caso, el diseño para mi está todo relacionado, ya sean objetos o moda, en mi mente está todo junto. En fin, el caso es que durante un par de años no hice nada y después decidí abrir mi espacio con un concepto poco convencional y totalmente diferente al de otras tiendas o galerías, con la idea de crear diferentes ambientes con distintos estilos y también con la intención de trabajar solamente con la gente que me gusta, eso es lo que me da la libertad.

El espacio es una antigua fábrica de corbatas con un aire decadente y encantador, está repartido en tres plantas y tiene un gran patio que acoge todo tipo de encuentros y fomenta la interacción. En mi recuerdo de cuando inauguraste en 2002, lo que lo puso en el mapa fue la asociación con algunos de los diseñadores más interesantes de aquel momento, salidos casi todos de la Escuela de Eindhoven, como Piet Hein Eek, Nacho Carbonell o Formafantasma...

Es verdad, los diseñadores holandeses o de otros sitios formados en la escuela de Eindhoven eran muy excitantes, cosa curiosa, porque es la ciudad más fea y más triste que uno se pueda imaginar, me decía Li Edelkoort, la famosa gurú de las tendencias, que era por eso por lo que estaban encerrados trabajando, ¡porque allí no había nada que hacer!

¿Cómo conociste a Nacho Carbonell que fue uno de

tus grandes descubrimientos? Bueno, ya sabes que soy muy curiosa y que merodeo por todas partes, por primera vez vi cosas suyas en “Maison et Objet” en París, apunté el nombre y lo perdí. Después lo volví a ver en otro lado y de nuevo perdí su nombre, hasta que un día, en Eindhoven, fui a ver una presentación de la que todo el mundo hablaba, era cuando Nacho tenía su estudio en una antigua iglesia, ¡allí descubrí que él era el diseñador que había estado siguiendo y cuyo nombre había perdido varias veces! Fue como en el cuento de Hansel y Gretel, yo recogiendo las piedritas siguiendo el camino hasta llegar. Sus piezas eran tan creativas, tan potentes conceptualmente que me enamoré por completo y allí mismo le ofrecí hacerle una exposición en mi espacio unos meses después. La verdad es que cuando veo algo que me interesa lo quiero ya, de inmediato.

Y cómo ocurrió con Piet Hein Eek que también es otro de

tus grandes descubrimientos? Pues todavía más divertido, vi sus piezas en Estocolmo y ya de lejos pensé que aquello era una maravilla y no digamos cuando me acerqué y lo pude tocar, me encantó. Así que después fui verle pero no estaba él, solo su socio y me dijo que ellos no estaban en absoluto interesados en ir a Milán. Pero más tarde recibí una llamada de Piet diciéndome que sí, que vendrían.

A ti te gusta mucho visitar a los diseñadores en su estudio, no te quedas con la primera impresión de lo

que ves en una feria o una exposición... Sí, desde que una vez tuve la mala suerte de encontrar una pieza muy bonita en Eindhoven, la presenté en Milán y vendí muchos ejemplares de ellas, así que tenía muchas ganas de ir al taller de este diseñador y en cuanto pude ir a verle a su estudio comprendí que era un desastre, que no tenía más ideas... Por eso quiero siempre ver el estudio de los

diseñadores, es muy importante porque viendo el lugar donde trabajan te das cuenta si están trabajando en otros proyectos, si están investigando en algo, si tienen cosas que decir o si hicieron una sola pieza, quizá porque en la escuela están asesorados por buenos profesores y eso es todo.

En tu espacio siempre hay una mezcla de proyectos muy diferentes entre sí, incluso cosas que no tienen nada que ver unas con otras, ¿qué es exactamente lo que buscas cuando estás investigando para exponer nuevos diseñadores? A mi me atrapa todas las cosas que tienen un significado, que me atraen porque significan algo para mi, necesito sentir una emoción cuando veo una pieza, tengo que sentir un ¡Guau!, es entonces cuando

me enamoro, algo irracional, cuando la pieza tiene ese algo. Busco emociones, busco nuevos conceptos, no me interesa en absoluto lo que está de moda ni las tendencias, no creo en ellas y además pienso que lo que se llama tendencias es un aburrimiento, se refieren sólo a las apariencias.

Tu enfoque parece muy intuitivo, poco racional o intelectual, da la impresión de que das prioridad a

tu “ojo”. Absolutamente, cuando empiezas a pensar y pensar, eso es un acto relacionado con la cultura pero a eso le falta el corazón y yo no puedo entender la vida sin corazón.

Pero últimamente te ha surgido un interés especial por el problema del plástico en el mundo... Sí, es una cosa

más que he añadido a lo anterior, el hecho de que las piezas sean sostenibles y responsables con el planeta. Eso ya no es opcional, es una obligación ineludible para cualquier pieza de diseño contemporáneo. He dicho sostenible y responsable, porque hoy día la palabra sostenible está muy gastada, se ha convertido en un slogan, todo el mundo se apunta a añadir “sostenible” a sus proyectos, por eso me interesa saber la historia completa de las piezas que muestro, saber si realmente son sostenibles, circulares y responsables. Y la verdad es que en este momento hay muchos proyectos interesantes en ese sentido, quizá no tan excitantes pero muy responsables, lo cual es muy importantes en estos momentos, especialmente después del Covid en que ya pensamos de forma diferente.

“Guiltless Plastic” (Plástico sin culpa) es el nombre que le pusiste a tu proyecto que incluye una exposición, un premio, conferencias, etc, en relación con el problema de los plásticos de un solo uso. El premio

no está enfocado a diseñadores, todo el mundo puede participar. ¿Cómo haces para mantener unos mínimos

estándares de calidad en el diseño? Exacto, gente de todas las edades y profesiones pueden participar. Tenemos tres tipos de premios diferentes, el premio de diseño público y urbano, se centra solo en proyectos de plástico reciclado; también tenemos otro premio de diseño de innovación, en el que nos centramos en los residuos de todo tipo, porque el objetivo fundamental es hacer que desaparezcan los desperdicios, el Zero Waste, que todo sea reciclado, y eso incluye por ejemplo, el packaging, que es muy importante con una inmensa cantidad de material desperdiciado. Y por último, otra categoría es la comunicación, una comunicación emocional, que evite imágenes terribles como los peces o las tortugas atrapados en redes de plástico o imágenes de esas islas de basura plástico flotando en el océano, tenemos que pensar en modos de encontrar cómo podemos hacer una labor didáctica que involucre a la gente mostrando el problema de una manera diferente. Hay que entender y

mostrar que los residuos son valiosos y que se pueden hacer cosas increíbles con ellos. Los cambios son increíbles, la tecnología avanza a toda velocidad, hoy se puede reciclar prácticamente todo, incluso han podido reciclar la silicona que era algo casi imposible.

¿Cómo se te ocurrió el proyecto? Pues todo empezó hace unos cuatro años, paseando por la playa en Cerdeña con mi sobrino, nos encontramos con un montón de restos de plástico en la arena. Eran de unos colores tan bonitos, de unas formas tan atractivas que me quedé pensando, ¿por qué no hacemos algo con ese material? Después, en Eindhoven, conocí Precious Plastic, el proyecto iniciado por Dave Hekkens, que recoge plástico y lo recicla en objetos nuevos con la ayuda de algunos diseñadores. Ahí pensé que esa era la manera correcta de lidiar con este problema que es tan importante para el planeta, tenemos que usarlo, hacer algo con todo ese material que es tan importante para nuestra vida, porque necesitamos el plástico y el plástico en sí mismo no es el culpable, lo que tiene la culpa es el mal uso y el abuso que se ha hecho de él. Así que mi intención ha sido estimular a los diseñadores a pensar en el reciclado y mostramos desde el principio que es una materia llena de posibilidades con la que se puede hacer cualquier cosa. Después vino la idea de enseñar a la gente, una labor didáctica sobre nuestra responsabilidad como ciudadanos.

¿Qué respuesta has tenido? He observado que es la gente más joven la que se involucra más, la que está de verdad interesada y preocupada por estos temas de sostenibilidad. Insisto, desde mi punto de vista no es posible no tener en cuenta este asunto. Por ejemplo, un diseñador me enseñó una mesa preciosa de mármol y le pregunté, qué hacía con los retazos de piedra que le sobraban al hacer la mesa. Me contestó que no hacía nada con ellos, y por tanto le dije que lo sentía pero que no me interesaba su pieza, me parecía de una gran ignorancia ese modo de actuar. No me gusta nada que no exista una conciencia de qué ocurre en el proceso de diseño de principio a fin, teniendo en cuenta también los residuos que dejas. Patricia

Urquiola es muy buena en este tema, por ejemplo, para Budri, la empresa de mármol, ha hecho un trabajo fantástico con todos los residuos de piedra, reutilizándolos de manera ingeniosa y sorprendente e incluso en su trabajo como art director para Cassina que es ahora una marca muy sostenible. Ella estuvo involucrada también en la exposición “Ro Plastic Master’s pieces” en la que muchos diseñadores y arquitectos realizaron una pieza reciclando plástico, con la tumbona “Wasting Time”, con la forma de una zapatilla de deporte, hecha enteramente a base de tejidos y materiales reciclados de plástico.

¿Qué planes tienes para el Salone del Mobile en septiembre? ¡Va a ser un año muy intenso! En la galería voy a presentar unos cuantos diseñadores jóvenes y algunas muestras individuales de diseñadores, Lucas Muñoz, por ejemplo. En el Museo Leonardo da Vinci de la Ciencia y Tecnología tendremos “Trashformation village” con siete instalaciones que replican una pueblo (casa, escuela, hospital, etc) usando materiales reciclados o reciclables. También allí el “Hall of Waste”, una especie de paseo de la fama donde se muestran las iniciativas más innovadoras y creativas en el uso de residuos. Así mismo, una exposición de los finalistas del “Ro Plastic Prize 2021” y un supermercado que mostrará marcas responsables con los residuos de comida. Con respecto al premio tendremos una mesa redonda llamada “In Genius Waste” en la que participan empresas, instituciones, políticos, científicos, etc., sobre el valor de los desperdicios y la ceremonia de entrega de premios el 9 de septiembre.

Decías al principio que una de las razones por las que dejaste la moda es porque empezó a ser demasiado estresante, ¡pero este programa para

septiembre tiene pinta de hacerte dejar el diseño! ¡No! Esto es lo que me interesa, en este mundillo la gente está creando nuevas tecnología, nuevos modos de vivir, buscando soluciones para la vida y el planeta, me genera mucho entusiasmo porque me doy cuenta de la gran cantidad de posibilidades que hay... aquí tengo una silla hecha con cosméticos reciclados, también platos hechos con residuos de contenedores de comida, ¡¡¡todo súper interesante!!!

#6 Sumario

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2021-07-31T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/284180813884323

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