El presidente de Guinea-Bisáu, Umaro Sissoco Embaló, disolvió por decreto el lunes el Parlamento después de que la madrugada del viernes se produjera un tiroteo entre dos unidades del Ejército en las calles de la capital. El presidente bisauguineano justificó su decisión asegurando que este incidente fue, en realidad, un intento de golpe de Estado en el que existen “indicios de complicidad de políticos” que, a su juicio, están “instalados en el propio aparato del Estado”, en referencia al partido rival que controla el Gobierno y el Parlamento. Embaló desplegó al Ejército en sectores clave de la capital y tomó las sedes de la televisión y la radio públicas, cuyo director general fue despedido.

Domingos Simões Pereira, presidente del Parlamento y líder del Partido por la Independencia de Guinea-Bisáu y Cabo Verde (PAIGC), que controla el Gobierno y la Asamblea Nacional desde que ganó las legislativas del pasado verano, aseguró a los medios: “Es una subversión del orden democrático y si no es un golpe de Estado constitucional, no sé lo que es”. En este sentido, manifestó que la Constitución no permite la disolución de la Asamblea Nacional durante sus primeros 12 meses de funcionamiento.

El pasado jueves por la noche, miembros de la guardia nacional asaltaron una comisaría de policía para liberar al ministro de Finanzas, Suleimán Seidi, y al secretario de Estado del Tesoro, Antonio Monteiro, miembros del PAIGC. Ambos habían sido detenidos en el marco de una investigación judicial ordenada por el fiscal general del Estado, afín a Embaló, por un presunto caso de corrupción. Esa misma noche, efectivos de las fuerzas especiales de la guardia presidencial atacaron a la guardia nacional y, tras un intenso tiroteo, lograron su rendición. Al día siguiente, los dos políticos fueron devueltos a su celda y el comandante de la guardia nacional fue detenido. Al menos dos militares fallecieron en este enfrentamiento.

Embaló, que el viernes se encontraba en Dubái para participar en la COP28, hizo público un comunicado el lunes en el que califica estos hechos de “intento de subversión del orden constitucional” y acusa al Gobierno, bajo control del PAIGC y sus aliados, de pasividad. Asimismo, señaló al Parlamento por haber “salido en defensa” de los dos acusados de corrupción “en lugar de apostar por la aplicación rigurosa de la

El ejército toma la capital y ocupa la sede de la televisión y la radio públicas

La guardia nacional asalta una comisaría donde altos cargos estaban retenidos

ley”. Por todas estas razones, el presidente decidió disolver la Asamblea Nacional, que se constituyó en verano.

La rivalidad entre el PAIGC de Simões Pereira y el presidente Embaló, que llegó al poder en 2020 cuando se autoproclamó presidente contra el criterio del Tribunal Constitucional tras unas reñidas elecciones presidenciales frente al citado líder opositor, ha marcado los últimos cuatro años en Guinea-Bisáu. El presidente ha ejercido una intensa represión contra los miembros del PAIGC que, pese a todo, logró alzarse con la victoria en los comicios del 4 de junio al frente de la coalición PaiTerra Ranka.

El Partido de la Izquierda Europea condenó la disolución del Parlamento, calificándola de golpe de Estado orquestado por Embaló. “Esta decisión antidemocrática e ilegal es un atentado flagrante al orden constitucional y pone en peligro la estabilidad política e institucional del país”, aseguró. Guinea-Bisáu ha sufrido una guerra y una decena de intentos de golpes de Estado desde su independencia por las armas de Portugal en 1974, el último el 30 de enero de 2022.