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Voz de alarma ante el daño que causan los plásticos en la salud

‘The Lancet’ advierte del peligro “grave y creciente” de estos materiales antes de una cumbre de la ONU para frenar su uso

JESSICA MOUZO

hay un material que define nuestra época, ese es el plástico: está en todo y en todas partes. Han sido los protagonistas de grandes avances médicos y tecnológicos, pero también están dejando una huella perpetua —y peligrosa— en la salud de la humanidad. Una revisión científica internacional, publicada anoche en la revista The Lancet, recopila todos los daños —conocidos— que provoca la exposición a los plásticos y lanza una advertencia importante: ya hay pruebas suficientes de que vivir rodeados de estos polímeros representa riesgos “graves, crecientes y subestimados” para los humanos en todas las etapas de la vida.

Los científicos mandan esta alerta a la vez que avisan de que esta crisis de contaminación plástica en la que está inmersa el mundo “no es inevitable”. Por eso, acompaña a su análisis el anuncio de la puesta en marcha de un sistema de vigilancia para monitorizar el progreso hacia la reducción de la exposición al plástico y la mitigación de sus daños para la salud humana y del planeta.

Ahora bien, la empresa no será fácil, presumen. Hay tres factores que de entrada juegan en contra: la producción mundial de plástico se está acelerando, el reciclaje es inadecuado (solo se procesa el 10%; el 90% se quema, se desecha en vertederos o se acumula en el medioambiente) y, a diferencia de otros materiales, el plástico no se biodegrada fácilmente (se fragmenta en partículas y persiste durante décadas).

La advertencia científica llega en vísperas de la ronda final de negociaciones de los Estados miembros de la ONU —se reunirán en Ginebra (Suiza) desde mañana al 14 de agosto— para concluir un tratado mundial sobre los plásticos que ponga fin a la contaminación. Los científicos llaman a no demorar más la toma de decisiones.

No se sabe todo acerca del impacto de los plásticos en la salud. Pero lo que se sabe no son buenas noticias. “Ahora sabemos que causan enfermedades, discapacidades y muerte prematura en todas las etapas de su ciclo de vida: desde la extracción del gas y el petróleo, principales materias primas de los plásticos, hasta su producción, su uso y su posterior eliminación en el medio ambiente como residuos plásticos”, sintetiza Philip Landrigan, director del Observatorio Global sobre la Salud Planetaria y autor del artículo. El escenario futuro tampoco es muy halagüeño: “Estos daños se agravan a medida que la producción mundial de plástico continúa aumentando: se ha multiplicado por 250 desde 1950 y se prevé que se duplique de nuevo para 2040 y se triplique para 2060 si no se controlan las tendencias actuales”.

Los daños se dan a varios niveles y en diferentes contextos. El caso más claro y directo es el de las personas que trabajan en la producción de plástico, pues están expuestas a numerosas sustancias tóxicas que pueden provocar graves enfermedades, como cáncer y dolencias neurológicas, apunta Landrigan. La Comisión de Minderoo-Mónaco, que examinó el impacto en la salud de los plásticos, calculó que en 2015 se produjeron alrededor de 32.000 muertes prematuras a nivel mundial entre este colectivo. La pronatales ducción de plástico también contamina el aire, el agua y el suelo. Y se dispersan diminutas partículas fuera de las fábricas. Ya se ha descrito un aumento de las enfermedades y muertes prematuras en comunidades cercanas a pozos de petróleo y gas.

Sustancias químicas

El origen de los peligros para la salud no está solo en el polímero mismo, sino también en las sustancias químicas que lo acompañan, más de 16.000 distintas, muchas con un efecto dañino para la salud de dimensiones todavía desconocidas. Un metaanálisis que revisó estudios y datos de cerca de 1,5 millones de personas encontró “evidencia consistente de múltiples efectos en la salud en todas las etapas de la vida humana para muchas sustancias químicas plásticas”, cuentan los científicos en The Lancet. Un riesgo, por cierto, especialmente elevado para los bebés en el útero materno y los niños más pequeños. Las afecciones reportadas van desde un deterioro del potencial reproductivo (síndrome de ovario poliquístico y endometriosis), hasta efectos periSi (aborto espontáneo y bajo peso al nacer), disminución de la función cognitiva, resistencia a la insulina, hipertensión y obesidad infantil. Y en adultos, también se asocia a la diabetes, enfermedades cardiovasculares, ictus, obesidad y cáncer.

Una forma de entrar en contacto directo con estas sustancias químicas vinculadas a los plásticos es a través de los alimentos. Otra revisión con cerca de un millar de estudios sobre materiales plásticos en contacto con comida reveló que el 40% de unas 3.700 sustancias químicas analizadas se liberan en los alimentos en determinadas circunstancias. Influye, por ejemplo, la exposición a temperaturas altas (al calentar comida en un táper de plástico en el microondas) o el contenido de grasa y acidez de los alimentos.

Pero alrededor de estas sustancias químicas hay un inmenso vacío de conocimiento: no se sabe nada sobre los riesgos de más de dos tercios de las sustancias químicas plásticas conocidas. Y de las que hay datos, aproximadamente el 75% —esto es, unas 4.200— se han considerado “altamente peligrosas por sus efectos tóxicos, su persistencia, su bioacumulación y su movilidad”, alertan los científicos en el artículo. Los investigadores también denuncian que, a pesar de su expansión en el ambiente y en la vida cotidiana, estos materiales están sujetos a un escrutinio y vigilancia mucho menor que los empleados en otros ámbitos, como el sector farmacéutico.

El otro gran quebradero de cabeza para la comunidad científica son los microplásticos. Esto es, diminutas partículas de estos polímeros que al degradarse infestan el globo y que, al respirar o comer, alcanzan nuestro torrente sanguíneo y se cuelan hasta las entrañas. Ya se han identificado incluso dentro del hígado, el riñón, el intestino o el cerebro humano. Y se presumen nocivos, aunque la comunidad científica todavía desconoce el impacto real en la salud. Por lo pronto, los expertos tienen indicios de que provocan daños en el ADN de las células y sospechan que pueden espolear numerosas dolencias, desde inflamatorias hasta cardiovasculares.

“Los Estados deben tomar en serio el problema del plástico y ser ambiciosos en sus esfuerzos”, expone Landrigan.

SOCIEDAD

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2025-08-04T07:00:00.0000000Z

2025-08-04T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/281779930190408

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