Las tensiones inflacionistas sobre las economías occidentales van a ser persistentes este año, para remitir en 2023. En Europa, Ucrania abre un nuevo foco de riesgo. “Europa puede tener un problema serio con los precios de la energía. Obviamente están creciendo los riesgos al alza y la presión de la subida del gas puede ser asfixiante para la industria”, señaló Francisco Blanch, responsable de análisis global de materias primas y derivados de Bank of America. La firma no tiene un escenario de enfrentamiento bélico abierto en Ucrania.

El curso de los acontecimientos es muy incierto y el alcance de su magnitud geopolítica y económica muy diverso en función de si se llegan a establecer duras sanciones económicas sobre Rusia. En el escenario actual, descartan que el precio del gas pueda alcanzar el pico visto en diciembre, si bien sí esperan un repunte al entorno de los 25 o 30 dólares por millón de BTU (unidades térmicas británicas). También prevén un alza del precio del petróleo, que podría alcanzar los 120 dólares el barril de Brent en verano y moverse en una media de 85 dólares este año. Tal previsión se basa en un volumen bajo de inventarios, en la falta de excedente de capacidad productiva y en el aumento de demanda por la reapertura de los vuelos internacionales en Asia.