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Investigadores y becados pagan la asfixia financiera de la Complutense

El rector busca que la Comunidad de Madrid le dé un crédito de 34,5 millones para evitar el colapso bajo la presión de los afectados por los recortes

ELISA SILIÓ

Trabajar o estudiar en la universidad presencial más grande de España, la Complutense de Madrid, resulta cada vez más complicado por la asfixia financiera a la que le somete la Comunidad de Madrid: las transferencias corrientes regionales han subido un 5% desde 2007, mientras la inflación lo hacía un 44%. Esta semana es clave en las negociaciones para que el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso le conceda un crédito de 34,5 millones (la Comunidad ya ha reservado la partida) y siguen llegando malas noticias. Las subvenciones a estudiantes que necesitan ayuda educativa no se están tramitando a tiempo para todos porque no hay suficiente personal. Los doctorandos becados este año por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades tienen que pagar la matrícula y se les devolverá en 2026. Y hay profesores que afirman a este diario que no reciben el dinero entregado por otras instituciones a la UCM y que les corresponde. El rectorado asegura, por su parte, que los fondos no están retenidos.

El caso más claro es el de 76 “doctores emergentes” que no han podido acceder a los 2,6 millones de un programa de investigación (al que se presentaron y ganaron) hasta que no lo denunciaron públicamente en este periódico el día 2. El rectorado asegura que “el 30 de septiembre ya estaba disponible el dinero”, nueve meses después de empezar el programa y con la partida de la Comunidad en su cuenta mucho antes.

Pero también hay jóvenes científicos que aseguran que no han podido hacer uso de sus fondos del Ministerio de Ciencia pese a estar a buen recaudo. Es el caso de Gabriel Sánchez Santolino, que en 2022 logró un hipercompetitivo contrato Ramón y Cajal en la facultad de Ciencias Físicas para cinco años, con una dotación extra de 50.000 euros para investigar en ese tiempo. El curso pasado empleó 30.000 en un contrato y ha tenido que reclamar al servicio de Investigación que liberase los 20.000 de 2025, pues la partida había llegado del ministerio pero no a sus manos. Ya disfruta de ella.

No así en otros casos. “Esta situación afecta exclusivamente a los beneficiarios de la convocatoria de 2022 y se refiere a un segundo pago. Se está solucionando actualmente para poder poner el dinero a disposición del investigador cuanto antes”, avanza el rectorado. El artículo 60 de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) permite también que los departamentos o los profesores “celebren contratos con personas físicas, universidades, o entidades públicas y privadas para la realización de trabajos de carácter científico, tecnológico, humanístico o artístico”.

Los ingresos por estas asesorías los recauda la UCM, que puede retener el 20% del total de la cuantía para gastos de gestión y un fondo de investigación, pero el resto se ingresa a los investigadores que hayan participado. “El pago de los artículos 60 LOSU de asesoría científico-técnica no se han suspendido”, afirma el rectorado. Sin embargo, cuatro afectados aseguran a este diario que la entrega no se está produciendo con normalidad, que hay demora de meses, si es que se abona. Una fuente asegura incluso que la UCM no transfiere fondos desde principios de septiembre a su fundación, que es quien tiene que abonar los pagos. Esta tijera es esperable si se tiene en cuenta que las unidades de gasto, por ejemplo, sufren un recorte del 35% en su partida desde que se comunicó en julio de 2024. El vicerrectorado de Tecnología y Sostenibilidad se está planteando rescindir contratos de programas informáticos para usar otros de software libre. Y para ello están “recogiendo opiniones sobre si estas alternativas libres son adecuadas y suficientes”, relata en un correo. Al menos en las áreas de Ciencias Sociales y Óptica hay reticencias a estas renuncias técnicas. “Hemos identificado que existen productos equivalentes (o casi equivalentes) en el ámbito del software libre”, se defiende el rectorado.

El rector, Joaquín Goyache, no podrá librarse de un interrogatorio arduo mañana, cuando presidirá un consejo de gobierno muy relevante, en el que tendrá que dar explicaciones sobre el crédito. Nada se sabe de los “ajustes”. La Confederación General del Trabajo (CGT) no ha recibido en el plazo establecido los

Hay una generación espectacular de profesores y no la estamos aprovechando” Jesús Pérez Gil

Catedrático y exdecano de Ciencias Biológicas

datos que ha pedido, y ha enviado un correo electrónico a toda la comunidad universitaria: “Hay una omisión manifiesta del proceso de información y consulta, en los términos legalmente exigidos, y una grave vulneración de la libertad sindical”.

Adaptación de enseñanzas

La Unidad de Diversidad e Inclusión informó por escrito de que el Programa de Atención a Personas con Discapacidad y Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (PADyNE) no iba a poder cumplir desde mediados de octubre con el servicio comprometido de adaptación de las enseñanzas. Argumentó que, con apenas tres administrativos, no puede tramitar 1.400 solicitudes, una cifra que “supera con creces las previsiones iniciales”. La unidad no ha conseguido contar con más personal. Su labor es muy compleja, porque parte de estos alumnos con discapacidad acarrean también problemas económicos y mentales. “Ya se han tramitado el 80% de las adaptaciones y han sido enviadas individualizadas en plazos menores que en cursos anteriores”, afirma el rectorado.

Los jóvenes predoctorales que hacen la tesis con un contrato FPI (Formación de Personal de Investigación) del ministerio se muestran “indignados” con las novedades y tratan de frenarlas. “Nuestra sorpresa ha sido que al realizar la matrícula este curso [400 euros] nos obligan a pagar sí o sí. Desde la UCM nos comunican que han cambiado las reglas de matriculación y que nos devolverán luego el dinero”, cuenta por correo una afectada, que cobra 1.300 euros netos (1.522 brutos). A quien solicite el rembolso el mes que viene se le reintegrará “a partir de marzo”. En 2024 se convocaron 54 nuevas plazas en el campus. El cuarto y último año la nómina alcanza los 2.039 euros brutos.

“El mundo de la investigación es muy precario y nos metemos a sabiendas, pero cada vez resulta más complicado apostar por él”, prosigue la beneficiaria de la FPI. “Parece poco dinero la matrícula, pero para nosotros es un mundo: pago 650 euros de alquiler, 100 de gastos, 250 en comer… Solo en vivir en Madrid se me van unos 1.000. ¿Y ahora pretenden que paguemos 400 euros que ya nos devolverán?”, se revuelve otra compañera.

Ambas remarcan que son “doctorandos a cargo de investigadores de alto impacto a nivel mundial”. Porque el potencial investigador de la UCM está fuera de toda duda. Son la quinta universidad española en el ranking Shanghái y en 2024 defendieron en ella su tesis 777 doctores, siete más que en la cuarentena de centros privados juntos. La UCM también puede sacar pecho en empleabilidad: ocupa el puesto 53º del mundo en el ranking QS.

“Lo peor de la asfixia económica es lo que se está compro

metiendo el futuro cercano. Se está relevando a una parte muy importante del profesorado, el que entró para atender el acceso masivo a la universidad de la generación del baby boom”, razona el catedrático Jesús Pérez Gil, que se presentó a las últimas elecciones a rector. “Tenemos una generación espectacular con años de experiencia en los mejores centros del mundo y no la estamos aprovechando para hacer ese relevo de catedráticos y profesores titulares. Solo se está incorporando a profesores ayudantes doctor, la escala más baja, con un salario irrisorio

Profesores denuncian que no reciben el dinero entregado por otras instituciones

Los contratos Ramón y Cajal llegaban a 21 profesionales en 2021 y ahora solo a seis

[27.037 euros brutos]”, prosigue el exdecano de Ciencias Biológicas. Muchos de los que se presentan a las convocatorias tienen más de 40 años y méritos acreditados para las categorías más altas.

La Complutense está renunciando también a convocar muchos contratos Ramón y Cajal, como el de Sánchez Santolino, que conllevan un compromiso de estabilidad laboral por la trayectoria científica más que sólida de los beneficiarios. Han pasado de 21 profesionales en 2021 (máximo histórico) a seis en 2024, según denuncia la asociación Dignidad Investigadora Madrid. La UCM, por tanto, no está aprovechando la ola de financiación, pues el Ministerio de Ciencia ha subido un 150% el número de cajales que sufraga desde 2018.

En medio de todo este descalabro hay muestras de la excelencia que todavía mantiene la UCM. El sábado graduó a la primera promoción del Bachelor in Arts in European Studies. Un total de 160 estudiantes que se han formado en sus aulas y en las prestigiosas universidades de Bolonia, Lovaina o Cracovia, con las que están tejiendo una red de movilidad de alumnos y empleados.

El pasado viernes ningún representante madrileño acudió a la mesa organizada por el ministerio para acordar con los gobiernos autonómicos cómo llegar a invertir el 1% del PIB en universidad en 2030. Su consejero del ramo, Emilio Viciana, declaró antes de la cita que la presidenta Ayuso seguirá “apoyando a las universidades públicas”, pero “a su manera”. Madrid es la comunidad que menos invierte por alumno, un 20% menos que la media, según los datos que ofrece el ministerio.

SOCIEDAD

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2025-10-27T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/281861534738393

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