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Del grupo Wagner a los mercenarios de la OTAN

Parece que solo los prorrusos de Prigozhin ayudan a una de las partes en guerra en Ucrania pero combaten también los ejércitos privados de Occidente

DANIEL REBOREDO Historiador y analista de política internacional

En el calculado despropósito de la adulterada información sobre la guerra en Ucrania destaca sobremanera que solo se cite a un grupo privado de mercenarios haciendo la guerra allí: el prorruso, o ruso sin más, grupo Wagner. Parece que solo ellos ayudan a una de las partes en conflicto y que la otra actúa solo con su ejército regular. En la invasión rusa de Ucrania se manifiesta, una vez más, que la manipulación informativa es tan antigua como el poder. Atraer y dirigir a la opinión pública hacia los intereses de un determinado colectivo, organización o país es primordial para que los actos de estos se vean refrendados en todas sus actuaciones.

Desde las ágoras de la antigüedad, donde la capacidad de manipulación era menor al transmitirse la información de forma oral, hasta la actualidad, donde los medios de comunicación se han convertido, en no pocas ocasiones, en armas de destrucción masiva, el control y la tergiversación del mensaje ha sido un elemento primordial del control de las ideas. Lo que se repite hasta la saciedad cala entre la ciudadanía y se convierte en verdad absoluta, aunque no lo sea y, por otra parte, aquello de lo que no se habla en los medios de comunicación sencillamente no existe, queda fuera del debate de las ideas y desaparece del espacio público (descontextualización, mentiras flagrantes, omisión de información, propagación de rumores y verdades a medias).

Buena parte del análisis, occidental y prorruso, de los acontecimientos que se suceden en Ucrania está totalmente adulterado y así lo comprobamos con la numerosa información sobre el grupo Wagner y la inexistencia de esta respecto a lo que podemos denominar ejércitos privados de Occidente. Del primero reniega el Gobierno de Vladmir Putin (sobre todo, desde el conato de amotinamiento de los mercenarios de Évgeny Prigozhin el 24 y 25 de junio pasado) y de los segundos nadie tiene constancia oficial de que existan.

Pero vaya que si existen estas empresas privadas vinculadas a EE UU y a otros países occidentales. El territorio ucraniano se ha convertido en un lugar idóneo para que estas organizaciones militares desarrollen sus funciones, tanto de formación de futuros combatientes como de participación directa y aportación de tecnología de guerra. Los diferentes gobiernos que las utilizan lo hacen porque los beneficios que ofrecen son evidentes al no tener que actuar bajo una normativa legal, la que establece límites para los ejércitos regulares, y poder desempeñar las funciones para las que han sido contratadas con muchas menos restricciones.

Si a ello añadimos que en muchas ocasiones forman parte o están avaladas por grandes empresas armamentísticas, que utilizan las últimas innovaciones del campo militar sobre un terreno concreto en el que pueden ver sus resultados, la gran libertad de acción con la que se mueven, los contratos precarios y los salarios de miseria que en muchas ocasiones ofrecen a exconvictos y fanáticos y las diferentes y opacas maneras de concretar estas retribuciones (efectivo, bitcoins, Paypal, entre otras), podemos entender su importante grado de autonomía y el hecho de que sean un poder en sí mismas.

La más importante de todas ellas era la estadounidense grupo Mozart (irónicamente dirigida al grupo Wagner y fundada por Andrew Milburn), nacida en marzo de 2022 y disuelta a finales de enero de este año al discrepar sus dirigentes. Publicitada incluso como «ejército privado inteligente», ONG y «start up militar», su desaparición está ligada a la opacidad de su financiación, al incumplimiento de las regulaciones estadounidenses sobre tráfico de armas y a acusaciones de acoso sexual, amenazas, difamación, entre otras. El espacio que dejó en suelo ucraniano fue ocupado por otras empresas análogas como la británica Trident Defense Initiative; la francesa Equipe Berlioz; el Back Yard Camp-Skills to Defense y su centro de entrenamiento en las afueras de Kiev; el Defense Support Group, empresa creada en Ucrania y dirigida por dos exmilitares estadounidenses; la alemana Global. AG Security & Communication; la estonia Iron Navy y otras muchas entre las que es necesario destacar a la sucesora de Xe Services LLC, Blackwater USA y Blackwater Worldwide, que llegó a tener más de 20.000 empleados por todo el mundo y de infausto recuerdo en Irak, denominada Academi, veterana en la guerrilla contra los separatistas prorrusos de la región de Donetsk desde 2014, y cuyos beneficios (cerca del 90%) proceden de contratos con el Gobierno estadounidense.

Como el campo de batalla decidirá la suerte del régimen de Vladímir Putin, y la de la Humanidad en general, seguiremos padeciendo la contribución a la intoxicación informativa de todos los protagonistas de la guerra en Ucrania.

El territorio ucraniano se ha convertido en lugar idóneo para formar a combatientes y probar las ultimas innovaciones

Los diferentes gobiernos aprovechan los beneficios de no tener que actuar bajo una normativa y poder moverse con menos restricciones

OPINIÓN

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2023-08-02T07:00:00.0000000Z

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https://lectura.kioskoymas.com/article/281874417914331

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