El World Press Photo evita en su portada la imagen del año
El concurso de fotoperiodismo excluye de la portada de su catálogo la imagen del año por su contenido explícito
MANUEL MORALES / ISABEL FERRER
La cubierta del Libro del año 2023, publicado por el concurso World Press Photo, no muestra la que premió como fotografía del año, como sucede habitualmente. La imagen ganadora, tomada por el ucranio Evgeniy Maloletka para la agencia Associated Press (AP), recoge el traslado en camilla de Irina Kalinina, una mujer de 32 años, embarazada, que resultó herida en el bombardeo ruso del hospital de la ciudad ucrania de Mariupol, el 9 de marzo de 2022. El bebé de Irina nació muerto y ella perdió la vida media hora después. Sin embargo, los responsables del certamen que reconoce el mejor fotoperiodismo mundial decidieron que “era más apropiado ofrecer otra foto para la portada por ser un libro que estará expuesto en las tiendas de los museos y en las librerías”, responde por correo electrónico la directora ejecutiva de World Press Photo, Joumana El Zein Khoury.
La otra imagen, del iraní Ahmad Halabisaz, reconocida con una mención honorífica, retrata a una joven sentada en una plaza de Teherán que desafía la ley de Irán, ya que está vestida con ropa occidental. Por detrás de la muchacha pasa en ese momento un grupo de mujeres con chador negro. La toma la realizó Halabisaz el 27 de diciembre de 2022.
El Zein Khoury dice que ambas fotos “documentan la injusticia” y “los riesgos afrontados por los autores y sus fotografiados”. “El trabajo de Maloletka es absolutamente importante y por eso fue premiado y figura de manera prominente en la exposición de 2023 que recorre el mundo”, a lo largo de 70 ciudades de 30 países. Sin embargo, la directora ejecutiva repite en su mensaje las palabras que están en la propia web del concurso para justificar la resolución: “Fue una decisión para mostrar nuestro respeto a las víctimas y nuestra ira contra la inhumana pérdida de vidas”. El único criterio, asegura, es “dar a conocer las imágenes de manera accesible para un público amplio e internacional”. World Press Photo es una fundación creada en 1955 en Ámsterdam, Países Bajos.
No es la primera vez que el concurso decide llevar en la cubierta de su libro una imagen diferente a la que, según su propio jurado, representa “el momento más señalado de la actualidad captada por fotógrafos de prensa”. Sucedió con la ganadora de 1974, que plasmaba la salida del presidente chileno Salvador Allende del palacio de La Moneda —con pistola y casco— durante el golpe militar del 11 de septiembre de 1973. Era de su compatriota Orlando Lagos y la publicó The New York Times . En 1983 pasó lo mismo con una imagen de la masacre de refugiados palestinos en los campamentos de Sabra y Chatila (Beirut) en 1982.
Consenso
“Para nosotros es un debate más amplio sobre el papel del periodismo para no mostrar a la gente como víctimas, sino tener un enfoque más constructivo”, continúa Cukrowski, que añade: “La decisión, tomada conjuntamente por el jurado y la organización, se decidió muy pronto, casi inmediatamente después de que se eligiera la ganadora”. Además, afirma que ambos fotógrafos “entendieron y estuvieron de acuerdo”. La exposición de Madrid, con 160 imágenes de una treintena de fotógrafos, podrá verse hasta el día 21 en el espacio Larra-Laboratorio de periodismo.
El principal afectado de esta medida, Maloletka, se pronunció por correo electrónico: “La foto de Ahmad no tiene información sensible [no hiere sensibilidades], a diferencia de la mía. Probablemente, por eso se tomó esta decisión”. Para él, su imagen de Irina provocó un debate y explicó “lo que Rusia estaba haciendo, destruir ciudades ucranias sin tener en cuenta las bajas, incluso aunque fueran niños”. La foto ilustra, asimismo, “un hecho que Rusia trató de ocultar y no pudo, y que la propaganda rusa intentó desacreditar con falsas acusaciones a los periodistas”.
Mientras que Ahmad Halabisaz, también por correo electrónico, explica que el fotoperiodismo actual “no trata solo de la guerra, la sangre y los desastres naturales”. De su foto señala que “arroja luz sobre los esfuerzos incansables de las mujeres iraníes en lucha por sus derechos”. Él hizo la toma “en un minuto, con riesgo y sin permiso”. Halabisaz cuenta que pasó “27 días en prisión [por cubrir las protestas en Teherán]”.
El fotoperiodista español Santi Palacios, segundo premio en el World Press Photo de 2017, muestra su desacuerdo. “Es una señal más de lo que está pasando. Que haya tanta preocupación por no mostrar imágenes explícitas acaba maquillando el mundo visto desde el fotoperiodismo. Además, la imagen ganadora ya se vio por todos lados”. Palacios apunta la paradoja de que “cada vez se ven más imágenes duras en las redes, mientras al profesional se le ponen limitaciones”.
Sandra Balsells, fotoperiodista en la guerra de los Balcanes y premio Ortega y Gasset en 2006, declara que la foto ganadora “muestra la carnicería de esa guerra contra los civiles, pero es respetuosa”. Y se pregunta “si se habría adoptado la misma decisión si Irina hubiera sobrevivido”. En cualquier caso, considera que “hay algunas explicaciones de WPP” que no entiende. “Es extraño que si has sido valiente para apostar por una foto, luego se invisibilice no dándole la portada del catálogo”.
En la instantánea aparece una embarazada herida en Mariupol
El certamen hizo lo mismo en 1974 con un retrato de Allende tras el golpe
PORTADA
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2023-12-06T08:00:00.0000000Z
2023-12-06T08:00:00.0000000Z
https://lectura.kioskoymas.com/article/281925957785246
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