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El jardín del Turia: 35 años del punto de inflexión

La decisión era trascendental: convertir Valencia en una ciudad amable y verde, o ruidosa y gris. Afortunadamente ganó el espíritu natural

ROBERTO DUATO VEYRAT Paisajista

El llit del Túria és nostre i el volem verd» nació del clamor popular de los valencianos. Con esta frase reivindicamos la transformación del antiguo cauce del río Turia en un gran parque urbano, y lo conseguimos gracias a la participación ciudadana y al apoyo sin fisuras del diario LAS PROVINCIAS, que encabezó e hizo visible la importancia de lo que los valencianos nos estábamos jugando en el futuro del desarrollo de nuestra ciudad. Un gran movimiento social sin precedentes que tomó parte en la configuración y el futuro de la ciudad, evitando que el antiguo cauce del río se convirtiera en una gran autopista.

La decisión era trascendental: convertir Valencia en una ciudad amable y verde, o ruidosa y gris. Afortunadamente ganó el espíritu natural, conseguimos convertir el antiguo cauce del río en un gran espacio verde que cruza la ciudad a través de un recorrido de aproximadamente 10 kilómetros, que organiza, vertebra y estructura la ciudad, incorporando a Valencia en el listado de grandes ciudades que poseen pulmones verdes urbanos, como: Lincoln Park (Chicago), Hyde Park (Londres), Stanley Park (Vancouver), el Retiro (Madrid).

Volviendo la vista atrás, recuerdo perfectamente aquel año. Era 1987 y yo estaba en Madrid terminado el 4º curso de Arquitectura del Paisaje en la escuela de Batres, preparándome para el proyecto fin de carrera que vendría al año siguiente. Cuando llegaba a Valencia los fines de semana lo primero que hacía era ir a ver las obras para ver su paisajismo, ilusionado por la gran transformación que se estaba produciendo en mi ciudad.

Hoy, podemos estar orgullosos del pulmón verde que tenemos. Tras 35 años casi hemos conseguido finalizar por completo la remodelación paisajística del cauce del río. La inicial falta de recursos económicos para afrontar la remodelación como un proyecto unitario nos ha dado diversidad y riqueza. Sólo queda el tramo de desembocadura, no obstante, el concurso para su adjudicación ya está en marcha, en un momento en el que existe gran expectación por la coherencia y comunión paisajística del cauce como un todo global.

No se puede escribir sobre el jardín del Turia sin hacer mención a sus 18 puentes, mezclando historia con modernismo sirven para delimitar cada tramo del rio. Ya solo queda integrarlos y tendremos un parque espectacular, no sin antes cerciorarnos de que estamos haciendo todo lo posible en cuanto a su mantenimiento integral.

Sin duda estamos deseando conocer el próximo plan director del cauce, que lleve al río a un nuevo estadio, donde ya habrán finalizado la construcción de los tramos y el foco estará en mejorar la integración de cada uno de los tramos en una línea continua que no llame la atención por su falta de sintonía sino por su espectacularidad, la puesta en valor de los puentes y elementos históricos, así como la mejora ambiental, buscando un cauce autosostenible que sirva, más si cabe, de pulmón a la ciudad.

Es importante cuidar la experiencia de paso del ciudadano. ¿Qué sensaciones les genera? ¿Vienen buscando paz? ¿Quizá desconexión? ¿O conexión con la naturaleza? ¿Prefieren barreras visuales o largos recorridos visuales? ¿Para ellos hay suficiente espacio verde? ¿Podría mejorarse? ¿Está bien cuidado?

Si me lo permitís, quiero hacer especial hincapié en una zona del río que seguro muchos habréis ignorado pues habitualmente pasa desapercibida e incluso no se le da importancia.

Hablo de los pretiles y muros del cauce, y yo me planteo: ¿qué os parecería si se pusieran más en valor? ¿Y si los restauramos y limpiamos? ¿Nos planteamos iluminarlos?

¿Y los puentes? ¿Hacemos lo mismo? ¿Los adecentamos por dentro y por fuera? ¿Por arriba y por abajo?

Vaya por delante, es inestimable afirmar que tenemos orgullo de poder tener un espacio verde como el que tenemos. El simple hecho de poder disfrutar de un espacio verde tan grande en entornos urbanos, es un verdadero privilegio. Solo hace falta pasear por el cauce para darse cuenta de la enorme diversidad que hay. Todos los valencianos, de todas las edades, de aquí y de fuera, acuden regularmente al cauce, lo conocen y disfrutan de él: gente corriendo, haciendo deporte, yendo en bici, grupos de baile o meditación, paseando solo o en familia, niños jugando, turistas fascinados, grupos de amigos, picnics, cumpleaños, o simplemente echarse una siesta o disfrutar del sol. Y todo ello, en un entorno verde y agradable, en contacto con la naturaleza. Todo eso y más, es el río.

OPINIÓN

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2022-06-02T07:00:00.0000000Z

2022-06-02T07:00:00.0000000Z

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