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Cuanto peor, mejor

Clavijo va contra los actos propios: hoy critica lo que ayer hizo

FRANCISCO SUÁREZ ÁLAMO

Uno de los grandes misterios de la política canaria es la capacidad que tienen los parlamentarios de los partidos de ámbito estatal para diluirse en las Cortes en cuanto son elegidos. Es un mal que afecta a senadores y diputados por igual y, salvo honrosas excepciones, llega un momento en que el ciudadano se pregunta: ¿pero de verdad salieron elegidos representantes de este o aquel partido?

Debe ser cosa de las mayorías y de que todavía cuesta entender en Madrid esto de que una región ultraperiférica tiene singularidades que no son un capricho, sino que derivan precisamente de que estamos lejos de la península y somos un territorio fragmentado. Ya puestos, si lo entendieron en la Corona de Castilla y en la España recién nacida de los siglos XV y XVI, digo yo que llegará un momento en que no haya en Madrid un ministro, secretario de Estado o alto cargo que todavía lo cuestione. Con un poco de suerte, a ver si para el próximo milenio lo hemos conseguido.

Es precisamente ese mal lo que da alas a los partidos con menor representación para sacar pecho cada vez que se produce un fallo en esa cobertura que merece Canarias. Y que está consagrada en el Estatuto de Autonomía y en el Régimen Económico

y Fiscal, o sea, que tiene rango de ley orgánica (nada menos).

En esa tesitura de sacar pecho está Fernando Clavijo desde que, una vez conseguido de nuevo el aforamiento, está convirtiendo el Senado en su particular plataforma de promoción política. Nadie le discute el derecho a ello pero debería recordar que su condición de senador autonómico conlleva, al menos en el plano teórico, la condición de representante de todos los canarios, y no exclusivamente de sí mismo, de lo que se le antoje a su partido ode lo que él considere que hay que defender para arremeter contra el Gobierno del Pacto de las Flores. Porque esa es su obsesión y para eso vale todo. Incluso jugar a la vieja estrategia de que, cuanto peor vayan las cosas, mejor para él. Y, ya puestos, también se permite ir contra los actos propios, de manera que hoy critica lo que ayer hizo. Es otro clásico de la política: pensar que la memoria es frágil y no exiten ni la hemeroteca ni los boletines oficiales. Ahora, con el asunto de los incentivos fiscales al sector audiovisual y ante un error inicial del Ministerio de Hacienda y de los socialistas en las Cortes, unos por acción y los otros por dejación, Clavijo está más en la dinámica de la destrucción que en la de echar una mano a la solución. Marca de la casa.

OPINIÓN

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2021-06-23T07:00:00.0000000Z

2021-06-23T07:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282080574800419

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