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Valencia en verde, inclusiva e inteligente

ROBERTO DUATO VEYRAT ARQUITECTO PAISAJISTA

Necesitamos una Valencia inteligente, inclusiva y verde por donde se desarrolle la sostenibilidad económica, social y medioambiental. Una gran comunidad de personas que viven, trabajan y disfrutan de los beneficios de la planificación de una ciudad bien diseñada, natural, amable, para las personas, con identidad y organizada integralmente en su conjunto, sin partes que favorezcan la desigualdad y un todo global que potencie el justo trato social y cultural, creando formas bien definidas que ayuden a romper barreras raciales y de clase. Los nuevos espacios se disputan y estos tienen que honrar el pasado y reconocer el futuro. La oportunidad de educar y crear es vital para sentirse parte de una comunidad inclusiva.

Los desarrollos equitativos urbanos deberán contar con un plan de empresas y ofertas de trabajo que impulsen el empleo local en el entorno de los diseños de nuestros jardines, parques públicos y espacios urbanos. Las grandes zonas verdes y espacios abiertos como plazas, grades vías, avenidas o calzadas, tendrán que integrar y actuar como motores de crecimiento y unión social, ambiental y cultural de la ciudad. Necesitamos que las personas puedan reunirse, hablar y hacer ciudad en ambientes verdes, estéticos y saludables, con calidad visual. Evitaremos la gentrificación haciendo las cosas bien y corrigiendo la desigualdad visionando la ciudad como un todo, no podemos dividir los barrios y si unirlos entre sí. «La arquitectura del paisaje no es la salsa verde que viertes sobre algo; es parte de la estructura de un ambiente», como dice el arquitecto paisajista Laurie Olin, FASLA, premio Vincent Scully.

Los espacios verdes de Valencia no solo tienen que actuar de conexión y ser integradores de ciudad o de belleza visual sino también como formadores de todos aquellos procesos naturales que proporcionan sensaciones y percepciones a través de los distintos y diferentes periodos estacionales. Valencia tiene que despertar imaginación y amor hacia la naturaleza, nuestras acciones no pueden desequilibrar lo natural. La necesidad de configurar el entorno entre ciudad, arquitectura y naturaleza nos hace reflexionar en estrategias de reverdecimiento y en la aplicación de tecnologías que nos proporcionan una idea de los procesos de diseño, y capacidades para adaptarse a las cambiantes condiciones ambientales urbanas, en el caso de la ciudad de Valencia el dispositivo que marcaría el proceso de paisaje lo tenemos en su huerta, el mar y la playa. La ciudad tiene que ser biofílica, inteligente y con un futuro resiliente y esto refuerza el papel de la arquitectura del paisaje comprometida con el bienestar común y la comunidad.

Mejorando la actividad económica, la estabilidad ambiental y la calidad de vida mediante la adaptación al cambio climático y al desarrollo inequitativo, Valencia mira al futuro con optimismo pero solo si pensamos en un marco conceptual y espacial donde converjan las distintas disciplinas de planificación geográfica, sociológica, política, arquitectónica, ambiental, de ingeniería y paisaje. Vamos hacia una nueva e integradora relación de las áreas metropolitanas desde un punto de vista holístico, integrador e inclusivo. Tenemos en el campo de la investigación y el desarrollo, en la innovación y la creatividad el marco idóneo para el diseño de la nueva ciudad de Valencia, moderna e inteligente, amable y verde, digna para las personas, porque debe ser prioritaria la calidad humana, el bienestar común y el equilibrio entre el suelo, la vivienda, los servicios básicos y las infraestructuras.

Valencia tendrá que diseñar en los próximos años espacios públicos atractivos, inclusivos e integradores, recorridos verdes de movilidad sostenible, reducción de la contaminación del aire, la temperatura y el ruido mediante el reverdecimiento urbano. Potenciar la actividad física y el contacto social con espacios y lugares de encuentro.

La actitud es fundamental, pensar en las personas y buscar las herramientas de diseño, tecnológicas y sociales, que activen nuestro pensamiento a favor de la ciudad que se tendrá que adaptar con rapidez a nuestras necesidades. El gusto por pasear, por lo artístico y cultural, por nuestros espacios ciudadanos, de respetar nuestro patrimonio de vida valenciano, el interés por trabajar y abrir negocios, por nuestras actividades diarias, el ocio, el deporte, el hogar, la familia y los amigos nos permite tener y desarrollar nuestro proyecto de vida urbana. Por ese motivo la Valencia del futuro tiene que ser verde, inclusiva e inteligente.

OPINIÓN

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2017-12-12T08:00:00.0000000Z

2017-12-12T08:00:00.0000000Z

https://lectura.kioskoymas.com/article/282144996689241

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