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El FMI avisa de un freno en la recuperación y de la inflación persistente

La institución advierte de que la elevada inflación durará “más de lo previsto”

LLUÍS PELLICER,

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió ayer de que la recuperación de la economía de la crisis causada por la pandemia resultará más lenta de lo previsto. La actividad global crecerá medio punto menos de lo calculado anteriormente, un 4,4% este año, por el impacto de la variante ómicron. El informe del organismo señala además que las tensiones inflacionistas “persistirán más de lo previsto”.

El mundo se recuperará del batacazo económico de la pandemia más lentamente de lo previsto. Entre otras cosas, porque no ha podido salir del bucle de oleadas de contagios desde el inicio de la pandemia en 2020 en Wuhan. La variante ómicron, que ha sacudido con especial fuerza a Europa, enfriará en medio punto el rebote anunciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a escala global, que será del 4,4% en 2022 y del 3,8% en 2023. Según la institución que dirige Kristalina Georgieva, el despegue en este primer trimestre sigue hipotecado por las restricciones, las bajas laborales y el impacto de las nuevas infecciones sobre sectores como el turismo y la restauración. El documento, además, pone especial énfasis en las tensiones inflacionistas, que cree que “persistirán más tiempo de lo previsto”, con

“continuas interrupciones en la cadena de suministro y altos precios de la energía”, en particular en EE UU.

Georgieva expuso muy gráficamente el pasado viernes en el Foro Económico Mundial que los mercados globales se enfrentan a una “carrera de obstáculos”. En su informe Perspectivas de la Economía Mundial, presentado ayer, el FMI pone negro sobre blanco casi todos esos peligros. El mayor sigue siendo el coronavirus, que considera que solo podrá ser amansado si se elevan las tasas de vacunación en los países en desarrollo y se generaliza el acceso a terapias efectivas. “La economía mundial entra en 2022 en una posición más débil de lo esperado”, comienza el documento.

El informe señala que el mundo, en general, arrastra dificultades de otros años y trae otras nuevas. Entre estas últimas, están los nuevos riesgos geopolíticos. El FMI cita los de Europa del Este, en referencia al conflicto de Ucrania, que, de entrada, ha aportado una enorme volatilidad en los mercados financieros y que amenaza con mantener la inflación en unos niveles elevados, según dijo la economista jefa del FMI, Gita Gopinath. Sin embargo, la institución señala que seguirá habiendo disrupciones en la cadena global de suministros, entre otras cosas por la política de “tolerancia cero” a la covid por parte de las autoridades chinas y los problemas de distribución, que seguirán manteniendo embalsada una parte de la demanda. Todo ese cóctel hará que la tasa de inflación se instale en la economía, en especial la estadounidense, más tiempo de lo que se esperaba.

El FMI estima que el alza de precios será del 3,9% en las economías avanzadas y del 5,9% en los mercados emergentes y los países en desarrollo. La inflación se irá moderando para descender en 2023, siempre que la virulencia del coronavirus vaya aliviándose, las cadenas de suministro engrasándose, la demanda equilibrándose y los bancos centrales endurezcan su política monetaria para poner los precios a raya. De nuevo, hay multitud de riesgos que pueden hacer que la inflación sea un problema serio. La institución mira a EE UU. Allí, dice, “la historia es diferente: una fuerte bajada del desempleo ha sido acompañada de un boyante crecimiento de los salarios”. “Además, los trabajadores que abandonaron profesiones de servicios en persona (por ejemplo, el ocio y la hostelería) durante la pandemia pueden no estar dispuestos a regresar”, agrega el documento. Esa falta de mano de obra en varias industrias, concluye, puede hacer volar la inflación.

Ante ese nuevo panorama, el FMI pega un tajo a sus previsiones para este año. El recorte es especialmente duro para EE UU, cuyo PIB crecerá, prevé, el 4% (1,2 puntos menos) o Alemania, que avanzará el 3,8% (0,8 puntos menos). Ambos países pagarán sobre todo las rupturas en las cadenas de suministros. El crecimiento de China será del 4,8%, también ocho décimas inferior a lo previsto en octubre, mientras que solo Japón, con una recuperación anémica, mejora sus perspectivas para 2022 en apenas una décima.

El alza de precios ha hecho que los bancos centrales hayan empezado ya a moverse, aunque a diferentes dimensiones y velocidades. Los analistas esperan que la Reserva Federal esta semana lance ya un claro mensaje sobre la retirada de los estímulos y las próximas subidas de tipos, que podrían situarse entre el 0,75% y el 1% a finales de año. El Banco Central Europeo, en cambio, relajará sus compras de deuda, pero por ahora mantendrá los tipos bajos hasta 2023.

La pandemia sigue siendo el principal riesgo para la economía global

Recomendaciones

Pronostica un alza del 4,4% en 2022, medio punto menos, y del 3,8% en 2023

El FMI propone una amplia batería de recomendaciones sobre cómo actuar ante los riesgos que hay por delante. La institución empieza por lo que juzga que es el meollo del problema: “poner fin a las disparidades persistentes” en el acceso a las herramientas para combatir la covid-19, es decir, vacunas, pruebas, tratamientos y equipamiento protector. Y ese reparto desigual sigue enquistado: mientras la tasa de vacunación se acerca al 70% en los países de rentas altas, está por debajo del 4% en las economías en desarrollo. En el plano económico, el FMI pide a los bancos centrales que vigilen con la máxima atención los indicadores vinculados a la subida de precios, como las expectativas de inflación, el crecimiento salarial y los costes laborales unitarios. Además, considera “clave” que haya una “comunicación efectiva de la política monetaria” para evitar una “sobrerreacción de los mercados financieros”.

El endurecimiento de la política monetaria puede llevar a los países a afrontar unas condiciones de financiación más duras. Por ello, el FMI avisa de que los gobiernos deberán ir reduciendo sus déficits en los próximos años, acompasándolos siempre con la senda de la recuperación. Aunque, a la vista del golpe que asesta cada variante, añade: “Si la pandemia empeora, la consolidación puede ser ralentizada allí donde el espacio fiscal lo permita”.

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2022-01-26T08:00:00.0000000Z

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