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Raven Jackson y Noah Pritzker, dos sabores contradictorios del cine americano

▶ Presentan ‘Todos los caminos de tierra tienen sabor a sal’ y ‘Exhusbands’

OTI RODRÍGUEZ MARCHANTE

Ya había sorprendido la película americana ‘Fingernails’, pero otras dos películas americanas más han llegado a la competición de este festival; dos títulos muy diferentes, antagónicos, para paladares casi incompatibles, pero dirigidos por cineastas muy jóvenes y que hacen bien su trabajo. Raven Jackson con una ‘delicatessen’ titulada ‘Todos los caminos de tierra tienen sabor a sal’ y Noah Pritzker con ‘Exhusbands’, una comedia con poso que remueve el olmo de las relaciones familiares y generacionales para que caigan peras. Sí, paladares casi incompatibles, porque hay que ser muy tragaldabas y muy tiquismiquis a la vez para disfrutarlas ambas.

Raven Jackson es directora de cine, pero también poeta y fotógrafa, dos cualidades del alma que envuelven su película de una hermosísima corteza que no es difícil confundir con cáscara para todos aquellos que, por desgracia, saltamos poco más allá de lo prosaico. ‘Todos los caminos…’ es un retrato vital en varios periodos de su existencia de una joven de raza negra en Tennessee y está narrado con una minuciosidad de imagen y texto que se podría calificar de primorosa, con ese gusto y sabor con el que Terrence Malik hace una fiesta cinematográfica con una hoja mientras llueve.

Uno mira absorto las imágenes, la catarata de primerísimos planos, a los rostros, a las manos, a los dedos entre el fango, a la piel de un bebé, al respirar de la naturaleza, mientras que la película pasa de puntillas a su alrededor. Toda la sensibilidad que tiene Raven Jackson para captar e hipnotizar a los ojos es también un puro descontrol narrativo incapaz de implicarte en el relato que cuenta: con tantas manos siempre en el centro de la pantalla, se le va de las suyas la historia a esta directora, que probablemente haga grandes películas en cuanto equilibre su ambición poética y fotográfica con las ganas narrativas del cine. Un finísimo título, ‘Todos los caminos de tierra tienen sabor a sal’, para una obra que es un ladrillo, sensibilísima pero ladrillo; un tipo de cine que, dicho sea de paso, le encanta premiar al jurado de un festival. Ojo.

A la que parece poco probable que premien es a la de Noah Pritzker, ‘Exhusbands’, que se acerca muchísimo más a los espectadores que a cualquier jurado, una historia inteligente, bien narrada, aunque tiene un par de saltos de tiempos (7 años antes, 6 años antes…) innecesarios, solo para darse importancia, y que está protagonizada por Griffin Dunne, aquel que hace cuarenta años encarnó al pringado de ‘Jo, ¡qué noche!’, de Scorsese.

Griffin Dune se está divorciando de Rosanna Arquette (que también salía en lo de Scorsese), al tiempo que su padre, ya octogenario, también se divorcia alegremente de su madre, y justo cuando su hijo mayor prepara su despedida de soltero y su otro hijo se decide, por fin, a hacer pública su condición de homosexual. Más bien es una película llena de situaciones propicias para el drama, pero Pritzker, y sobre todo Dunne, tienen el talento de voltearlas hacia la comedia con unas buenas situaciones y con diálogos cínicos y sinceros.

Tanto el guion como su puesta en escena son de manual, pero saben aproximarse a los sentimientos que aspira transmitir, sobre la vida, la pareja, los hijos, la muerte y la salsa nocturna. Y es cierto que, por momentos, amenaza con ponerse seria y lacrimosa, pero la sorna en el rostro y la pintilla general de Griffin Dunne afortunadamente se lo impide.

CULTURA

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2023-09-25T07:00:00.0000000Z

2023-09-25T07:00:00.0000000Z

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