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«La letra de la canción que le escribí de joven a Franco es la de un gilipollas desinformado»

Cantautor, cierra la gira de su 75.º aniversario en Madrid y recibe el homenaje del Instituto Cervantes en Avilés «Nunca he tenido intención de retirarme; mientras esté bien físicamente y la gente venga, me queda mucho por cantar»

Karmentxu Marín

El domingo 17 de diciembre termina en Madrid, en el WiZink Center, la gira «La vida en canciones», con la que Víctor Manuel ha celebrado su 75.º aniversario; dos días después, el martes 19, regresa a Asturias, al Niemeyer de Avilés, para recibir el homenaje que le dedica el Instituto Cervantes. Lleva 53 años de carrera y dice que el escenario lo cura todo. Es una frase de «Nunca seré juguete roto», un tema que cantó con su mujer, Ana Belén, y ahora, con 76 años, quiere seguir escribiendo canciones.

–El 17 de diciembre termina en Madrid la gira de su aniversario, pero amenaza con no retirarse. Ya le vale, ¿no?

–Y tengo ya 76. Llevan como 10 años preguntándome que cuándo lo dejo. Estaba en la edad de jubilación e hice un disco de antología que se llamaba «50 años no es nada». Nunca he tenido intención de retirarme mientras esté bien físicamente. La clave es si tú pones una entrada y la gente va. El día que no vaya será una señal inequívoca de que te tienes que ir a tu casa. Me queda mucho por cantar.

–Habrá cosas que no se ha atrevido a decir en sus canciones.

–Sí, siempre te cortas en algún momento, pero yo no me he cortado demasiado. Cuando he ido a tumba abierta, me han dado hostias. En esa antología que hice hay una canción, «No quiero ser militar», que es la que más problemas me ha causado en toda mi vida.

–¿Y aquel resbalón de juventud cantando a Franco? ¿Qué se había fumado?

–No me había fumado nada. Solo hay que mirar la letra para ver que es de un gilipollas desinformado. No tiene ningún secreto. Cuando hice esa canción yo veía los telediarios y me los creía. Mi padre se encargó de no contarme nada de lo que había pasado en casa, como que habían fusilado a mi abuelo. De lo sucedido en la familia yo me enteré ya de muy mayor.

–¿Afiliarse al PCE fue la penitencia que le puso su confesor?

–No. La canción de Franco es de 1964 y yo me afilié al PCE en el 73. Y la primera vez que sale información en la prensa sobre esa canción es cuando hago la de la campaña del PCE de 1978 para las primeras elecciones.

–«Cuando tenía 20 años era la hostia». ¿Qué le queda de yogurín?

–Pues la curiosidad. Meterme en cosas, averiguar todo lo que no sé.

En internet estoy buscando siempre cosas raras: una palabra o un libro que me llaman la atención. Y tengo la sensación de que lo han heredado los nietos, porque están todo el día preguntando qué significa esa palabra que acabas de decir.

–«La gente de la tercera edad tiene mucho desgaste de materiales». ¿Se ve para chapa y pintura?

–Más que eso. Haría falta motorización nueva. Y chapa y pintura, por supuesto. Sería arreglo integral, de arriba abajo.

–Pues casi mejor comprar otro coche, ¿no?

–También, pero yo no me pienso morir así como así.

–Serrat, Sabina, Miguel Ríos, Stevie Wonder… ¿A cuál de ellos se encomienda antes de salir al escenario, como los toreros a la Virgen?

–Si me encomendase a alguien sería al más forzudo, que es Springsteen, el que lo puede todo, el que canta tres horas y media y parece que está fresco como una lechuga.

–¿Es consciente de que forma parte de la mesa camilla de una determinada generación?

–Sí, sí, porque me lo hace sentir la gente cuando va a los conciertos. Ya te han visto como parte del paisaje. Estás amortizado, evidentemente. Aunque me sorprende mucho, porque ha bajado la edad del público que va a verme. Los de mi edad ya salen poco de casa.

–¿Es un chico majo?

–Yo soy buen tío. Procuro ayudar a la gente cuando me lo pide, hacer el bien, ese manual que hay familias que lo enseñan en su casa y los niños se lo creen y lo practican hasta que son muy mayores. En ese sentido, estoy contento. En otros, me cambiaría por otros con toda seguridad. Lo digo en una canción: «Siempre quise ser el que no soy, siempre hay algo que te atrae de otro». Y dices: «Por qué no tendré yo eso que hace este tío, por qué no habré escrito ‘Y cómo es él’. O ‘Mediterráneo».

–Ha dicho «Y cómo es él». –Es un hallazgo. Eso no estaba inventado. Y a mí me atraen mucho las canciones que no estaban hechas antes.

–¿Podemos afirmar que usted de mayor querría ser Perales?

–No, no. Ni lo he intentado nunca, porque es imposible. Cada uno tiene su manera de estar en el mundo, de componer, de ver la realidad. Sí me preguntan mucho que por qué me ocupo de casos marginales: «Solo pienso en ti», o «La madre», o «Quién puso más», una canción que hablaba de la homosexualidad en 1981. Yo es que veo cosas. Otros ven otras. Y lo que me llama la atención, lo que me conmueve: eso es lo que canto.

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Si me encomendase a alguien al salir al escenario sería al más forzudo, a Springsteen

Los dos tratamientos aprobados en Estados Unidos se elaboran a partir de las células madre sanguíneas del propio paciente, que se modifican y reimplantan. Casgevy es la primera terapia validada por la FDA que utiliza CRISPR/Cas9, un tipo de tecnología de edición del genoma que puede utilizarse para cortar ADN en áreas específicas, lo que permite editarlo –eliminar, agregar o reemplazar– con precisión.

Casgevy se evaluó en un ensayo con 44 pacientes con antecedentes importantes de la enfermedad y evitó episodios graves, durante al menos 12 meses consecutivos, durante el período de seguimiento de 24 meses. Nicole Verdun, directora de la Oficina de Productos Terapéuticos del Centro de Evaluación e Investigación de Productos Biológicos de la FDA, afirma que esta terapia génica «promete ofrecer tratamientos más específicos y eficaces, especialmente para personas con enfermedades raras donde las opciones de tratamiento actuales son limitadas».

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2023-12-09T08:00:00.0000000Z

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