En el teatro de ópera de Bayreuth la música de Richard Wagner se divulgó más que nunca en 2013 con motivo de los 200 años del nacimiento del compositor. Este 2021 se pudo disfrutar de forma multimedia de la representación de «El anillo del nibelungo»; dieciséis horas para sus cuatro piezas: «El oro del Rin», «La valquiria», «Siegfried» y «El ocaso de los dioses». Hace ocho años se organizaron diversos eventos que, aglutinados bajo el lema «Wagner para todos», buscaron sacar a la calle a este músico tan colosal como controvertido, como la edición de Blas Matamoro de sus «Cartas sobre Luis II de Baviera y Bayreuth», o la de Jeongwon Joe y Sander L. Gilman, «Wagner y el cine. De las películas mudas a la saga de Star Wars». Pero cualquier novedad wagneriana quedará eclipsada por este definitivo estudio de Alex Ross, que en «Wagnerismo» (traducción de Luis Gago) ilumina cada faceta del astro alemán de manera impresionante. Y además desde la perspectiva, tan oportuna, de cómo ha ido influyendo, para bien y para mal, en la política, el arte, el cine, la literatura… Este crítico musical del «New Yorker» parece no haberse dejado nada en el tintero: la relación con Nietzsche, el Wagner de carácter «esotérico, decadente y satánico», el feminista y gay, el que fue idolatrado por algunos de los mejores escritores del siglo XX, y por supuesto el músico antisemita aparecen en una oleada de prosa absorbente de gran músculo narrativo.

No debemos olvidar que en 1850 publicó de forma anónima el panfleto «El judaísmo en la música», y de hecho los orígenes personales del antisemitismo de Wagner son similares a los de Hitler. El músico definió a los judíos «como incapaces de toda creación artística y, por añadidura, como elementos de corrupción del arte alemán y responsables de su decadencia». Idea que retomará el Führer para «Mi lucha». Así, en el Festival de Bayreuth de 1925, dijo que «la obra de Wagner engloba todo aquello a lo que aspira el Nacionalsocialismo».

Cinco mil telegramas

Ross no puede, pues, elegir mejor inicio que el dedicado a explicar su legado intelectual y artístico a partir del día de su muerte: «Cinco mil telegramas fueron enviados al parecer desde Venecia en un lapso de veinticuatro horas». La noticia había viajado hasta Nueva Zelanda al instante. No en balde, acababa de morir, como dijo Thomas Mann, «probablemente el mayor talento de toda la historia del arte».

Lo mejor ▲

Este gran trabajo hasta aporta una guía de las obras de Wagner, un glosario y materiales de apoyo

Lo peor ▼

Solo caben alabanzas, pues equilibra a la perfección biografía y análisis cultural