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Alcaraz ya baila en la hierba

►El murciano se exhibe ante el alemán Otte y demuestra que su adaptación a la superficie londinense es un hecho

MIGUEL ZARZA MADRID

El debut de Carlos Alcaraz en la tercera ronda de Wimbledon era toda una incógnita. El joven tenista murciano, que no deja de hollar nuevas cumbres en su precoz carrera, nunca había llegado tan lejos en la mítica hierba londinense. Hace solo un año, en su debut en el torneo, cayó en segunda ronda ante el ruso Daniil Medvedev, actual número uno del mundo. Tampoco se había colocado jamás frente al alemán Oscar Otte, un gigante de 193 centímetros y número 36 de la clasificación ATP. Ni siquiera en cuanto a sensaciones se podía sacar nada en claro antes de este inédito duelo, pues los dos primeros partidos del español en la presente edición tuvieron un desarrollo muy diferente. Sufrió un martirio en primera ronda ante el también germano Jan-Lennard Struff, en un choque que se alargó cinco sets, mientras que logró batir por la vía rápida al neerlandés Griekspoor.

Ante Otte, en su tercer partido, Alcaraz demostró que en la adaptación al verde, una de las mayores dificultades en la catedral del tenis, progresa adecuadamente. Tanto que comenzó el partido arrollando a su rival, que se mostró abrumado por la convicción y el empuje del español. Los primeros ocho puntos del choque, que empezó con ruptura del servicio al alemán, fueron de Alcaraz, que transmitió así un claro mensaje a su rival: no quería más complicaciones de las necesarias.

Una vez superada la sorpresa inicial, Otte se agarró al saque, su mejor virtud, para contener a su volcánico adversario. Con un peculiar estilo, golpeando la bola en su ascenso, el teutón sumó con sus servicios para aguantar con vida en el set y sacar la cabeza en medio del tsunami de tenis desplegado por Alcaraz. Al menos hasta el noveno juego, en el que el número siete del mundo volvió a quebrar su saque para apuntarse la primera manga. Al saque, al resto, desde el fondo de la pista o en la red, el español no demostró ninguna flaqueza.

Despegue

Tan cómodo se sentía que ya en el segundo set se permitió incluso el lujo de ceder a su rival un punto que el juez de silla había decidido repetir, ganándose definitivamente a un público que tampoco necesitaba demasiado para volcarse con la última gran sensación del tenis mundial. Como en la primera manga, el español rompió el primer servicio de Otte para encarrilar rápidamente el segundo parcial. El germano, que llegaba al partido poco exigido físicamente tras superar las dos primeras rondas en apenas dos horas de juego, no pudo seguir en ningún momento el ritmo de un Alcaraz desatado y de instintos asesinos. Únicamente con su saque evitó el set en blanco.

En la tercera manga lo único que podía poner en peligro el triunfo de Alcaraz era la relajación, pero un nuevo ‘break’ inicial del murciano segó cualquier duda. Voraz e implacable, mantuvo el pie sobre el acelerador para rematar el calvario de Otte, víctima impotente de su asombroso crecimiento. El billete a octavos y, sobre todo, la forma de lograrlo, colocan al español entre los candidatos al título. Toda una sorpresa atendiendo a su bisoñez en la hierba y sus recientes dificultades en los partidos de exhibición de Hurlingham, antesala de esta cita en el ‘All England Lawn Tennis and Croquet Club’. Pero el de El Palmar es así, aprende y mejora por momentos, dejando atrás un hito tras otro con una facilidad pasmosa. Al jugador más joven en alcanzar la cuarta ronda del torneo le espera ya otro descarado chaval, el italiano Jannik Sinner.

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2022-07-02T07:00:00.0000000Z

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